En la tarde de este domingo de junio,
damos la bienvenida a todos Uds. con el cariño y fraternidad que debe
resplandecer en las monjas del Císter.
Les agradecemos de manera especial porque
han querido venir un año más, a tener este acto litúrgico misionero con nuestra
comunidad, para incentivar aún, más, nuestra vocación de Iglesia Misionera.