Desde OMP España nos unimos a la petición del
Papa Francisco para rezar por el pueblo filipino que vive horas de dolor y
necesidades extremas. Y os invitamos a hacer lo mismo para que nuestra oración
sea una auténtica cadena de solidaridad con ellos.
Los misioneros españoles que viven en Filipinas,
unos 123, expresan su dolor por las consecuencias que el tifón Haiyán ha
provocado a su paso por la región central de Filipinas.
Los misioneros
permanecen junto al pueblo, como lo hacen siempre ante las catástrofes,
consolándolos, pero sobre todo, viviendo lo mismo que vive la gente en cada
momento; ahora, un tifón de resultados devastadores.
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Otra misionera que se encuentra en Manila, Lucía Retuerto, hermana de la Caridad de Santa Ana, manifiesta que las ayudas ya han comenzado a llegar y garantiza que las hechas a través de las Congregaciones religiosas llegan con seguridad a sus destinatarios.
El sacerdote Néstor Huenda, del Camino Neocatecumenal, que se encuentra en el norte del país, visitará en los próximos días la zona afectada para obtener información de primera mano, sobre el terreno, aunque sabe que en muchos sitios “No hay manera de entrar porque las calles están sembradas de cables, árboles caídos, etc.”.
Como siempre, los misioneros comentan que los más afectados son los pobres, que viven en sencillas casas de bambú que el viento destruye inevitablemente.