"Para que el encuentro personal con Jesús suscite en muchos jóvenes el
deseo de ofrecerle la propia vida en el sacerdocio o en la vida consagrada", es
la intención misionera o por la evangelización que propone el Papa Francisco
para el mes de junio.
El
pasado Domingo de Pentecostés, el Papa Francisco hacía público el mensaje para
la Jornada Mundial de las Misiones 2015, centrado en la vida consagrada, en este
año que la Iglesia ha dedicado especialmente a estas mujeres y hombres que han
consagrado su vida a la misión.
“No
puede haber ninguna concesión sobre esto: quien, con la gracia de Dios, recibe
la misión, está llamado a vivir en misión. Para estas personas, el anuncio de
Cristo, en las múltiples periferias del mundo, se convierte en la manera de
vivir su seguimiento y recompensa los muchos esfuerzos y privaciones.
Cualquier
tendencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada de nobles motivos
ligados a las muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está
en consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del Evangelio.
En los Institutos misioneros los formadores están llamados tanto a indicar clara
y honestamente esta perspectiva de vida y de acción como a actuar con autoridad
en el discernimiento de las vocaciones misioneras auténticas. Me dirijo
especialmente a los jóvenes, que siguen siendo capaces de dar testimonios
valientes y de realizar hazañas generosas y a veces contra corriente: no dejéis
que os roben el sueño de una misión auténtica, de un seguimiento de Jesús que
implique la donación total de sí mismo.
En el secreto de vuestra conciencia,
preguntaos cuál es la razón por la que habéis elegido la vida religiosa
misionera y medid la disposición a aceptarla por lo que es: un don de amor al
servicio del anuncio del Evangelio, recordando que, antes de ser una necesidad
para aquellos que no lo conocen, el anuncio del Evangelio es una necesidad para
quien ama al Maestro”.
Fuente: OMPRESS-ROMA