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28 de marzo de 2018

VATICANO PROPONE A CHINA UNA IGLESIA TOTALMENTE CATÓLICA Y GENUINAMENTE CHINA

Mons. Paul Richard Gallagher destacó dos peligros a evitar en la labor de la Iglesia en China: “proselitismo” y “proclamación abstracta de la fe”

Mons. Paul Richard Gallagher. Foto: Flickr de United Nations
La Santa Sede propone una Iglesia “totalmente católica y genuinamente china” para la normalización de la presencia católica en China.

Así lo explicó Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, durante la sesión de apertura de la Conferencia Internacional “Cristianismo en China: Impacto, interacción e incultura”, que se desarrolló en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma del 22 al 23 de marzo.

En su discurso, Mons. Gallagher explicó que “la misión de la Iglesia en China hoy es la de ser ‘totalmente católica y genuinamente china’, haciendo que el Evangelio de Jesús esté a disposición de todos y poniéndolo al servicio del bien común”.

Recordó que, “a lo largo del tiempo, las relaciones entre China y la Iglesia Católica han pasado por diferentes fases, alternando momentos de cooperación fructífera a otros de gran incomprensión y hostilidad, llevando, a veces, a situaciones en las que la comunidad de fieles experimentaba grandes sufrimientos”.

Sin embargo, “observando cuidadosamente las cuestiones, el método que en el pasado hizo posible un encuentro fructífero entre el ‘mundo cristiano’ y el ‘mundo chino’ fue la inculturación de la fe a través de la experiencia concreta del conocimiento, la cultura artística y la amistad con el pueblo chino”.

“Al considerar la misión y la reflexión teológica, cabe destacar dos expresiones o, más exactamente, dos principios que deberían interactuar entre sí, a saber, la ‘chinización’ y la ‘inculturación’”.

Explicó que “a partir de estas dos visiones, debería ser posible establecer las coordenadas de una auténtica presencia cristiana en China, que podría presentar la naturaleza especial y la novedad del Evangelio en un contexto profundamente arraigado en la identidad específica de la milenaria cultura china”.  

Mons. Gallagher quiso “recordar, con profunda admiración, la extraordinaria contribución que muchos jesuitas a lo largo de los siglos aportaron al redescubrimiento de la cultura china, permitiéndonos pasar del impacto inicial con un mundo tan lejano al encuentro con el patrimonio científico, técnico, filosófico y moral de Occidente”.

En este sentido, destacó dos peligros a evitar en la labor de la Iglesia en China: “proselitismo” y “proclamación abstracta de la fe”. Ya que “también en China, Dios ya está presente y activo en la cultura y en la vida del pueblo chino”.

La semilla del Evangelio “produce sus frutos al obtener sustento y asumir las características propias de la cultura local en la que se siembra”, finalizó.

Posición central de China en el mundo

A nivel internacional, Mons. Gallagher recordó que “hoy más que nunca, China continental se encuentra en el centro del interés político, económico y cultural”.

En política exterior, China “está adoptando claramente un nuevo enfoque sobre los equilibrios existentes en las relaciones internacionales y también está consolidando su presencia en los países en desarrollo”.

En la política interna, “China promueve programas a largo plazo encaminados a brindar a un número considerable de ciudadanos la posibilidad de superar la pobreza. Al mismo tiempo, el sistema cultural chino impulsa con decisión las áreas de la investigación científica y tecnológica”.

En definitiva, nos encontramos en un momento geoestratégico caracterizado por la creciente influencia de China en el escenario internacional, que “quiere recuperar una posición central en el mundo”.

Fuente: ACI Prensa