Mateo, Marcos y Lucas comienzan su relato del ministerio público de Jesús narrando los episodios del bautismo y de la tentación en el desierto.
¿Por qué Jesús recibió un bautismo cuya finalidad era el perdón de los pecados? En este episodio Jesús empezó ya a identificarse con los hombres y mujeres pecadores. Aun más, pasó por uno de tantos incorporándose a la fila de los pecadores. Sin cometer pecado, asumió y rescató nuestro pecado.
Hay dos rasgos singulares asociados al bautismo de Jesús: una visión y una voz. Una visión. El Espíritu descendió sobre él en figura de paloma. En el momento en que Jesús iba a iniciar su ministerio se cumplía el vaticinio de Isaías: "El Espíritu del Señor descansará sobre él".
Igualmente significativa fue la voz celestial: "Este es mi Hijo amado; en él me complazco". Esta voz celestial expresaba la complacencia divina por el comienzo de la misión del Mesías que va a llegar a todos los confines de la tierra.