"Es que nosotros, los misioneros, cuando vamos por esas tierras, vamos con la inquietud y el deseo de ayudar"
Sor Encarnación González
es religiosa hospitalaria y misionera desde hace 24 años en Monrovia (Liberia).
Tras venir a Europa a hacer ejercicios espirituales, se encontró con que el
agravamiento del brote de ébola le impide regresar al país.
Gracias a su hermana Consuelo, hospitalaria en
la comunidad de Málaga, contactamos con Encarnación desde su particular “exilio”
en Londres. Nos atiende con rapidez, agradecida porque esta información
beneficiará a los afectados por la enfermedad.
-¿Cómo está la atención a los enfermos en
estos momentos en Liberia?
-Por lo que oigo están en muy malas condiciones
en el hospital donde los llevan: no tienen comida, el aseo es peor de lo que te
puedas imaginar… Es muy duro pensar que tienes que ir allí porque no tienes otro
sitio, y cualquiera que va, prácticamente sabe que no va a salir. Es otro trauma
que se añade al que ya llevan con ellos.
-Usted, sin embargo, está deseando
volver.
-Es que nosotros, los misioneros, cuando vamos
por esas tierras, vamos con la inquietud y el deseo de ayudar. Ahora mismo, en
estas circunstancias, es cuando más lo necesitan. Simplemente tu presencia es
tanto o más que la ayuda que les puedas ofrecer materialmente. Para ellos es un
apoyo el que alguien se esmere por ellos, que no les abandone. Es parte de su
medicación. Y si has estado allí tantos años con ellos, codo con codo, sufriendo
y gozando también ¿por qué no decirlo? pues (su voz se quiebra y hace una
pequeña pausa) son mi segunda familia.
-¿Qué le sostiene?

-¿Qué le pide a Dios cada
día?
-Que me siga dando fuerza y salud, para poder
volver, y que me siga manteniendo en esa actitud de hacer lo que Dios quiera de
mí. Si hoy me pide ir allí, no puedo rehusarlo.
-¿Y a nosotros, qué nos
pide?
-(Su risa suena al otro lado de la línea
telefónica) Pues sobre todo cooperación, porque cuando la gente está en esta
situación de necesidad, suele decir “¿y los que viven en Europa, no se acuerdan
de nosotros?” Claro, en esos momentos ellos desearían una ayuda inmediata, pero
sí que cuando las naciones cooperan ellos lo agradecen y se sienten protegidos.
Yo les pido que piensen en todos los que hay en muchísimas peores
circunstancias, mientras nosotros malgastamos lo que tenemos.
Fuente:
SIC /Aleteia