La misionera, que superó la enfermedad
en Liberia, donó su plasma para poder tratar a García Viejo y después a Teresa
Romero
La hermana Paciencia Melgar, la misionera de la orden religiosa
Misionera de la Inmaculada Concepción que viajó a España tras superar el virus
del ébola en Liberia para poder donar su plasma, ha dejado claro este lunes en
una rueda de prensa: «No guardo rencor a nadie por no haber podido venir
antes a España cuando tenía el virus pues no soy española. Y sí me alegro de
estar aquí hoy haciendo el bien y poder ayudar. Dios escribe recto sobre
renglones torcidos».
La religiosa viajó a nuestro país para donar sangre al religioso Manuel García Viejo, que murió antes de recibir el tratamiento. Sin embargo, su plasma sí ha servido para tratar a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería con ébola.
La religiosa ha asegurado
que en ningún momento pensó que se iba a morir, «ni siquiera el día que
vi a la
hermana Chantal muerta tumbada en la cama y la ambulancia que venía a
llevarme». Me aprecia increíble lo que veían mis ojos. «En ningún momento me
faltó paz y serenidad. Es triste y duro vivir una experiencia igual», ha
relatado Paciencia, quien ha suplicado a todos los países que se involucren en
la lucha contra la epidemia de ébola, «un enemigo peligroso que no ataca sólo a
los países africanos».

También ha aprovechado para
agradecer a Teresa
Romero «su generosidad y entrega cuando voluntariamente se ofreció
para cuidar a los misioneros». «Por los motivos que hayan sido ella se contagió,
pero gracias a Dios y al personal sanitario hoy podemos decir gracias por su
recuperación», ha señalado. Paciencia se ha mostrado «muy contenta» de la buena
evolución que experimenta Teresa. «Yo no se sí se curó por mi plasma pero estoy
feliz de que esté bien», ha asegurado.
Fuente:
ABC