El organizador
del Mes Misionero Extraordinario, Fabrizio Meroni, pide «un nuevo equilibrio»
entre lo que se invierte en proyectos sociales y lo destinado al anuncio y la
formación
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José María Calderón y Fabrizio Meroni durante el simposio de Burgos.
Foto: Secretariado de Misiones de Cádiz
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Con la
convocatoria del Mes Misionero Extraordinario de octubre, el Papa «desea que la
misión ad gentes, el primer anuncio de la salvación de Jesucristo,
se convierta en el paradigma de la vida ordinaria de la Iglesia», afirma
Fabrizio Meroni, secretario general de la Pontificia Unión Misional, a quien el
Santo Padre ha encargado la organización de esta iniciativa.
Uno de los
cambios que Meroni cree necesarios para lograrlo, además de «conversión
personal» y una «transformación radical de las estructuras», es «un cuidadoso
discernimiento para alcanzar un nuevo equilibrio entre los fondos invertidos en
la construcción y los proyectos sociales por un lado, y los destinados
directamente al anuncio, la catequesis y la celebración de los sacramentos por
otro.
Me parece cada vez más urgente purificar ciertas exageraciones» en el
primer ámbito «e invertir más en la formación de la fe cristiana» de
misioneros, catequistas, clero local y fieles. Otra prioridad es publicar en
las distintas lenguas locales la Escritura, catecismos y textos litúrgicos,
explica en entrevista con Alfa y Omega con motivo de su
participación en el simposio La interpelación misionera del Papa
Francisco, organizado la semana pasada en Burgos por Obras Misionales
Pontificias.
El organizador
del Mes Misionero explica que la insistencia del Papa en una Iglesia en salida
se debe a que «nota una cierta autorreferencialidad». «Cada uno se preocupa de
sus cosas como si no fuera miembro de una única Iglesia, como si fuéramos
estructuras burocráticas paralelas donde la pastoral es lo que cuenta y la
misión queda para los iniciados».
Meroni espera
que la invitación de Francisco sirva para que las Iglesias locales «renueven la
pasión y el ardor misionero» con iniciativas que se inspiren en los desafíos de
su entorno. Para ponérselo fácil se ha elaborado, con 400 contribuciones de
todo el mundo, una guía que se puede consultar en la web october2019.va.
En España, el director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), José
María Calderón, explica que, además del programa propio que elabore cada
diócesis, todas están invitadas a abrir el mes en un convento de clausura y a
cerrarlo con un gran envío de agentes de pastoral.
El responsable
nacional de OMP dice que la convocatoria suscita «ilusión y una buena acogida.
Pero sobre las mesas de los obispos hay muchos temas, y va a ser difícil que se
promueva como me gustaría. A veces perdemos de vista que la Iglesia fue creada
para la evangelización», y que «muchos aún no conocen a Cristo, o lo conocen
pero no pueden recibirlo».
Hace falta
cantera
En este impulso
que quiere ser el Mes Misionero Extraordinario encaja muy bien la apuesta de
OMP por apoyar a las delegaciones diocesanas en la animación misionera. «España
es de los países que más misioneros ha aportado –explica su director–. Pero su
edad media es hoy de 73 años. Son un precioso signo de fidelidad, pero hacen
falta más». Para suscitar cantera, desde hace cinco años se edita la guía Compartir
la misión, con propuestas de experiencias misioneras. La asamblea de
delegados de este mayo estará dedicada a la juventud, y ese mismo mes se
celebrará la 16ª edición del encuentro misionero de jóvenes, «que siempre se
desborda».
«Muchos jóvenes
y no tan jóvenes se sienten atraídos por la misión –destaca Calderón–. Pero en
este siglo XXI, en el que tanto cuesta casarse, también les es difícil tomar
esta decisión» o pasar de una estancia corta a un mayor compromiso. Para
contrarrestar esos miedos, el director de OMP da importancia sobre todo a la
formación. «Allí donde van hacen lo que pueden, y es importante. Pero se tiene
que remover su corazón al descubrir que la entrega a los demás es un camino de
felicidad».
A este esfuerzo
se ha sumado, en los últimos meses, una apuesta más clara por llegar a los
niños. El día 21 se presenta el proyecto de Infancia Misionera para los años
2019 a 2022, Con Jesús niño a la misión, que supone un salto
cualitativo. «Hasta ahora –explica el director nacional de OMP–, solo
proponíamos temas para la Jornada de Infancia Misionera. Esta es la primera
propuesta educativa seria y a largo plazo, con una estructura pedagógica que
abarca todo el curso» y que está pensada para que se trabaje en grupos de
parroquias y colegios.
María Martínez
López
Fuente:
Alfa y Omega