"El ser humano tiene la capacidad de salir de su propia miseria, depresiones, problemas y resurgir de nuevo. Volver a empezar"
Nuevamente
en contacto con ustedes para contaros lo que todavía está sucediendo
en Bolivia en este extraño momento histórico en que nos encontramos. Soy
José María Hernando, misionero Pasionista desde 1988 por estas tierras
bolivianas.
Seguimos en cuarentena porque a estas
alturas y después de más de 3 meses de su inicio, los casos de contagiados
siguen aumentando en todo el territorio, si bien, esto es más acentuado en
los Departamentos de Santa Cruz y Beni. No ha servido este tiempo
para remitir la pandemia, sino todo lo contrario.
Por
esto y ante la incertidumbre del futuro, se acaba de organizar, hoy sábado
20, “la cruzada por la vida”, donde médicos, personal de salud y
voluntarios visitarán durante 15 días, casa por casa, para detectar casos
de contagios y aislarlos. Ha sido un acuerdo interinstitucional donde
también ha intervenido la Iglesia con sus voluntarios parroquiales.
Qué hemos hecho durante este tiempo.
Yo personalmente me he involucrado mucho desde el principio. Me propusieron
desde un canal de Tv y radio, iniciar un proyecto: “La bolsa solidaria”.
El día 25 de marzo lo iniciamos y el 30 estábamos ya repartiendo
“bolsas” por los barrios más pobres de las periferias de Santa Cruz. Así
estuvimos todo el mes de abril hasta mediados de mayo; cuando ya la
Alcaldía, Gobernación y Gobierno central se estaban haciendo cargo.
A
partir del 10 de mayo, el proyecto se re direccionó hacia “las ollas
solidarias” de la Parroquia. Las capillas se han organizado con los feligreses
y otros del barrio para hacer estas ollas comunes y así rentabilizar los
propios alimentos. Seguimos con las ollas, que ya han disminuido de 8 a 3,
por los riesgos de contagio. Lo último que estamos haciendo es concentrar
los alimentos en las capillas y los encargados hacen bolsas para las
familias más necesitadas.
Los
recursos económicos los captamos de los mismos feligreses de la Parroquia
que en la medida que se van enterando del número de cuenta bancaria, van
aportando. Hasta ahora ha prevalecido la generosidad y no nos han
faltado alimentos. Me piden un mensaje de esperanza.
Realmente
es difícil; aunque nunca tenemos que perderla, porque perderla significa
el sin sentido o la muerte. Te digo difícil porque cuando ves el panorama,
puedes deprimirte y mucho más, mirando el futuro incierto que nos espera:
enfermedad, dolor, falta de trabajo, problemas familiares, etc. De todas
formas, el ser humano tiene la capacidad de salir de su propia miseria,
depresiones, problemas y resurgir de nuevo. Volver a empezar.
La
esperanza que podemos infundir en estos momentos se traduce en lucha
constante contra muchas adversidades. La fe es la fuerza para lucha y
recuperar la esperanza. Termino animando a todos a ser longánimes, palabra
que casi está en desuso, pero que pertenece a la más sana espiritualidad
cristiana.
La longanimidad está en estrecha
relación entre la perseverancia y la constancia frente a los obstáculos y
las adversidades. Tiene mucho que ver con la benignidad, clemencia
y generosidad; que vamos a requerir mucho en la llamada “nueva
normalidad”.
José
María Hernando. C.P.
Fuente: Diócesis de Segovia