Los
testimonios de tres obispos misioneros en América, África y Asia llenan "El
Domund, al descubierto" en el Centro Cultural Arganzuela
59
años en Venezuela, 34 en República Centroafricana y 35 entre Camboya y
Tailandia, acreditan el conocimiento que los obispos de Puerto Ayacucho
(Venezuela), Bangassou (Rep. Centroafricana) y Battambang (Camboya), tienen de
pueblos que sufren problemas muy serios. Ayer, miércoles 8 de octubre,
explicaron cómo viven en esas zonas su vocación misionera.
"Me
gustaría que en mi España natal hubiera más información, que supierais lo que
pasa en el mundo", dijo monseñor Juan José Aguirre, obispo de Bangassou. "Una
información seria de nuestra presencia en los lugares críticos y no sólo lo que
se ve o dice la tele; no hacer caricatura de los problemas del mundo", fue la
petición de monseñor Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang. "Una
información casi nula y de una hegemonía comunicacional" en su país de misión,
fue la constatación hecha por monseñor José Ángel Divassón, obispo del Vicariato
Apostólico de Puerto Ayacucho.
El
presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), el claretiano Luis
Ángel de las Heras, presentó una mesa redonda con los testimonios de estos tres
obispos misioneros, que tuvo lugar en el marco del espacio cultural "El Domund,
al descubierto", que se está desarrollando desde el pasado 1 de octubre en el
Centro Cultural Arganzuela, organizado por Obras Misionales Pontificias
(OMP).
Monseñor
Divasson, que afirmó que "la historia de la ciudad (Puerto Ayacucho) tiene mucho
que ver con la presencia de la Iglesia", explicó su trabajo con los indígenas
yanomanis; sobre todo, el duro trabajo de inculturación del Evangelio. Sin
embargo, el obispo reconoció que si bien "Dios estaba presente en esos pueblos"
antes de la llegada de los misioneros, ellos han tenido que descubrir "los
signos del Evangelio que ya había en esas personas y los rasgos culturales que
expresan sus sentimientos". En este contexto, dijo que son pueblos
"absolutamente amenazados", y denunció la búsqueda del oro por parte de
multinacionales chinas. Pero el obispo de Puerto Ayacucho concluyó diciendo que
"este pueblo tiene futuro si se hace cristiano".
Por
su parte, monseñor Aguirre, comentó la religiosidad africana recordando cómo los
sitios en la iglesia son siempre insuficientes en la Misa de los domingos. Con
la población que ha sufrido los estragos de la guerrilla de Joseph Kony primero
y de la Seleka después, el obispo de Bangassou ha encontrado su sitio. El
prelado es una de las pocas voces de este "genocidio silencioso" (más de 200
personas fueron degolladas por los radicales islámicos entre julio y agosto);
tal vez, porque ha decidido quedarse con su pueblo, "contando sus
lágrimas".
Finalmente,
monseñor Figaredo dijo que Dios le "colocó en el corazón del sufrimiento" al
llevarle en su primer destino misionero a un campo de refugiados y
discapacitados en Bangkok. Allí aprendió que "el Evangelio se hace vida" y lleva
a reconocer la dignidad de las personas. En el ejercicio de su vocación, ha
aprendido a "servir con sencillez" y afirmó que "la Iglesia tiene que estar
orgullosa" de estar presente en sitios con tanta necesidad. El prelado de
Battambang insistió en la necesidad de ofrecer una información seria de la
presencia de los misioneros "en los lugares críticos" e invitó a que se conozcan
"las raíces" de la noticia y no sólo "el final o la anécdota". Defendió a los
misioneros como los mejores conocedores de esas situaciones, porque nadie está
"40 años conociendo una cultura".
La
mesa de redonda de los testimonio s misioneros puede verse completo
en:
Las
fotos y audios de la mesa redonda acto disponibles estarán en: http://www.omp.es/OMP/prensa/prensa.htm