«La situación de los desplazados no ha mejorado, ya que las áreas del estado de Adamawa todavía están bajo el control de Boko Haram»
La situación de los desplazados acogidos en Maiduguri, capital del estado de
Borno, en el norte de Nigeria, es dramática; todos provienen de las zonas que
han caído bajo el control de Boko Haram, pero se teme que entre los refugiados
se hayan escondido terroristas para atacar en el centro de la ciudad. Así lo
asegura a la Agencia Fides el P. Gedeón Obasogie, Director de Comunicaciones de
la Diócesis de Maiduguri, cuyo territorio incluye los estados de Borno, Yobe y
algunas zonas del Adamawa.
«La situación de los desplazados no ha
mejorado, ya que las áreas del estado de Adamawa todavía están bajo el control
de Boko Haram» refiere el p. Obasogie. Los nuevos ataques han incrementado el
número de refugiados en Maiduguri y los campamentos están saturados. «El flujo
de refugiados aumenta el riesgo de que los miembros de Boko Haram se
hagan pasar por desplazados para entrar en Maiduguri», añade.
El obispo de Maiduguri, Mons. Oliver Dashe Doeme, está haciendo lo
que puede para proporcionar asistencia a 5.000 personas desplazadas que
han sido acogidas en tres parroquias de la ciudad: la Catedral de San Patricio,
la iglesia de San Hilario y la de San Agustín.
Al encontrarse con los desplazados el 2 de diciembre, Mons. Doeme les animó
diciendo que «cuantos nos persiguen, pueden insultarnos, hacernos daño,
destruir nuestra propiedad y privarnos del trabajo, incluso matarnos, pero no
nos pueden privar de la fe». El obispo pidió la protección de la Virgen
y escuchó las historias de los refugiados, muchos de los cuales han escapado por
poco de la muerte, escondiéndose en las montañas durante días sin comida ni agua
potable. Muchos de ellos tienen familiares desaparecidos, tal vez muertos
durante los ataques. Se han distribuido sacos de arroz y frijoles, aceite, sal,
mantas y mosquiteras entre los desplazados.
Fuente: Fides/InfoCatólica