Se celebró en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma el
convenio internacional “El Camino de la Misión”, que reunió a un gran número de
expertos para conmemorar los cincuenta años de la promulgación del
decreto Ad Gentes,
dedicado a la actividad misionera de la Iglesia que recoge en
el Concilio Vaticano II.
El
convenio celebrado del 21 al 23 de abril dio cita al Prefecto de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Cardenal Fernando Filoni;
el Arzobispo de Manila (Filipinas), Cardenal Luis Antonio Tagle; y al
presidente internacional de la Asociación Internacional de Misiologistas
Católicos, P. Andrew Gimenez Recepcion, entre otros muchos.
“Los
espacios que se nos dan hay que verlos de manera inteligente, profética, y
cuidarlos. Como mujer laica, dentro del ámbito bíblico yo también he tenido que
irme abriendo espacios de escucha. Hay que tener en cuenta quien es mi
interlocutor e interlocutora y practicar el arte de la inclusión -no de cuidarse
de qué digo y que no digo-, sino que al entrar en ese espacio, buscar qué otros
espacios se nos pueden abrir. Nada es fácil, y con el Papa Francisco tenemos
nuevas oportunidades donde podemos cuidar nuestras presencias, recordando que
no solamente soy 'yo', sino también otras voces”, señaló.
Caero
estudió teología en Austria y Alemania, y filosófica en Bolivia. “Ha sido una
bendición para mí como laica tener contacto directo con los futuros sacerdotes
y religiosas que participaban en mis clases. Se me ha abierto un espacio dentro
del ámbito bíblico, es un tema delicado, las Sagradas Escrituras, entonces para
mí fue una alegría que se me diera esta oportunidad. Nunca imaginé llegar a
donde estoy. Estudié teología para estar en la pastoral, y si tenía suerte para
enseñar religión en algún colegio”.
La
experta biblista también fue invitada por el Consejo Episcopal Latinoamericano,
CELAM, para participar en los temas misionales e indígenas. “Este es un espacio
que se nos está abriendo. Se nos está pidiendo como teólogas laicas un aporte,
y hay que prepararse. Eso es lo hermoso de la Biblia, porque nos abre al
mundo y a los espacios”, aseguró.
En
este sentido, y recordando el llamado del Papa Francisco a profundizar en la
teología de la mujer, Caero explicó que “es algo muy bíblico”. “Desde la
concepción, hagamos al ser humano como varón y mujer, hagamos a nuestra
semejanza. Dios creo al ser humano como varón y mujer. Yo parto de ese
elemento, y es muy importante nuestra presencia. Para mí eso es una
responsabilidad. Estar ahí requiere un trabajo teológico, académico y sobre
todo humano: la presencia de la mujer como ser humano frente a los nuevos retos
que nos presenta ahora la Iglesia”.
Esta
apasionada de la teología y la Biblia, resaltó los distintos roles del hombre y
la mujer en la Iglesia, y recordó desde una postura bíblica los que tenemos en
común, que desde el bautismo todos estamos llamados a ser “profetas, sacerdotes
y reyes”.
Como
reyes, la experta invitó a recordar el Libro de los Jueces, en el apólogo
de Jotán, que habla de los árboles que eligieron como rey a una zarza que
después pretende darles cobijo bajo su sombra. “Es interesante, porque hay
veces que decimos: 'no, por ser mujer... por ser laica... no me animo. Si en
algún momento se te pide algo, anímate, porque puede ser que tome el lugar la
persona que no es la indicada. Aquí lo que se nos está pidiendo es la formación
humana e interdisciplinar”, dijo.
Al
hablar del profetismo, Caero indicó que el objetivo es “hacer justicia a Dios
por medio de los pobres”, es decir “el sujeto de mi voz profética es Dios”.
Mientras
que en el sacerdocio, explicó que en el Antiguo Testamento se entiende
como servicio, “es interesante que en el Antiguo Testamento existan textos,
como la del nazireato, donde nos presentan a laicos y laicas, personas
comprometidas, que no pertenecían a las familias sacerdotales ni levitas, pero
que se consagraron a YHWH -Yahvé-, al Dios de la Vida. Yo creo que la consagración
es un elemento amplio, en cuanto que humaniza a la persona”.
El
objetivo de este convenio no fue solo recordar la Misio Ad Gentes, sino
comprender el mismo en el contexto de la dinámica de la misión y su
transformación en el mundo contemporáneo, para revitalizar con la fuerza del
Evangelio el sentido cristiano de este cambio.
“Queremos
unirnos a cada persona que busca el misterio de Dios para dar testimonio del
significado de nuestra fe en Jesucristo, conscientes de que el Espíritu de
Jesús precede, acompaña y determina la acción misionera”, señalan los
organizadores.
Además,
el convenio fue una respuesta concreta a la exhortación apostólicaEvangelii gaudium del
Papa Francisco, donde recuerda: “Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes
los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la
Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera”.