"Son los primeros en llegar y los últimos en marcharse en momentos de conflicto"
En 2015 se han
cumplido veinte años desde que Ramón García presentase por primera
vez las campanadas de fin de año en Televisión Española desde la Puerta del Sol
de Madrid. Desde 1995 lo ha hecho en trece ocasiones, formando pareja con Ana
Obregón, Paloma Lago, Carmen Sevilla o, por
cuarta vez ya, con otra "clásica" de la casa, Anne Igartiburu,
fija en la cadena para este papel estelar desde 2005.
Este año había dos novedades. Por un lado, el aforo de la emblemática plaza madrileña se había limitado por primera vez a 25.000 personas, contadas y controladas por la Policía en los accesos por razones de seguridad, ante la amenaza de atentados islamistas que también ha obligado a medidas especiales en París o Bruselas.
Este año había dos novedades. Por un lado, el aforo de la emblemática plaza madrileña se había limitado por primera vez a 25.000 personas, contadas y controladas por la Policía en los accesos por razones de seguridad, ante la amenaza de atentados islamistas que también ha obligado a medidas especiales en París o Bruselas.
Por otro lado, como recordó Ramón, era la primera vez que cumplía el rito con
una compañera embarazada, como ha anunciado recientemente la presentadora,
a quien empieza a notársele: "Es una noticia preciosa, la llegada de un
nuevo bebito", dijo antes de darle la enhorabuena.
Poco antes de las campanadas, y tras un elogio de Anne a las muestras
de solidaridad que a lo largo de los últimos tiempos ha ofrecido la sociedad
española con motivo de la dura crisis económica, Ramón García hizo un
cariñoso elogio a los religiosos españoles en todo el mundo que pudiesen estar
siguiendo el momento a través del canal internacional de RTVE.
"Hablando de país solidario", dijo, "creo que no hemos saludado
(y tenemos que hacerlo, Anne, lo hemos hablado antes) a todos los misioneros. España
tiene misioneros repartidos absolutamente por todo el mundo, países donde
lo están pasando mal, donde tienen situaciones complicadísimas, y si no
fuera por los misioneros españoles, esa gente lo estaría pasando francamente
mal. Hoy, desde aquí, para ellos un recuerdo y un abrazo muy especial por
el excelente trabajo de ayuda solidaria que estáis haciendo en esos países. Un
abrazo y un beso muy grande, muy grande, desde aquí".
Cuando todos se van, ellos se quedan es el título de una interesante
obra testimonial sobre la labor de los misioneros en todo el mundo.
"Son los primeros en llegar y los últimos en marcharse en momentos de conflicto", apostilló Anne Igartiburu: "Hay más de 14.000 misioneros españoles en el mundo, sin olvidar tantos y tantos voluntarios".
Fuente: ReL