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4 de mayo de 2016

DISCAPACIDAD Y MUERTE EN HAITÍ: ¿UN ASUNTO “RITUAL”?

Los discapacitados han hecho avances en Haití, pero aún queda mucho, demasiado estigma e impunidad

Una día cualquiera de la semana. Era 25 de abril. Tres amigas — Jesula Gelin, Vanessa Previl y Monique Vincent– habían pasado la mañana comprando comida en Puerto Príncipe, capital del país más pobre del Hemisferio Occidental: Haití.

Pronto se dieron cuenta que era la hora del regreso al poblado de Leveque, donde vivían con su familia y otras 168 familias más de personas discapacitadas.  Eran  32 kilómetros que tenían que recorrer a pie, pues lo autobuses no funcionaban.  Se había caído un puente y nadie lo había reparado.

Fue la última vez que se les vio con vida: a la mañana siguiente, sus cuerpos fueron encontrados, tirados en una zanja a la vera del destartalado camino –en el poblado de Cabaret, donde tenían algunos familiares– el 26 de abril.

Habían sido golpeadas, apuñaladas y quemadas, y los parientes que las identificaron en la morgue dijeron que se les había cortado la lengua en un aparente acto de barbarie ritual.

¿Cuál fue su “delito”?  Ser sordomudas 

En Haití, un extraño enclave de ritos afroantillanos mezclados con creencias animistas, sigue habiendo un estigma sobre las personas con discapacidades como la sordera, que pueden provocar terribles crueldades debidas a la superstición.

Las mujeres y niñas discapacitadas son especialmente vulnerables. Generalmente cuando suceden este tipo de crímenes, la población haitiana, demasiado sumida en la miseria, apenas si responde.  Menos aún los discapacitados.  Pero esta ocasión dijeron basta.

Y han salido a las calles a denunciar este asesinato brutal.  Especialmente en Leveque, donde asociaciones religiosas y de caridad cristiana establecieron una comunidad para personas sordas, desplazadas del terremoto de enero de 2010.

El marido de Jesula Gelin, Michele Castor, ahora luchará por criar sólo a sus seis hijos. “No puedo comprenderlo”, dijo con lenguaje de señas Castor, también sordo, sobre el asesinato de su esposa de 29 años. “Ella servía al señor y era una buena esposa y madre”.

¿Ayudará a superar esta situación de “descarte” el hecho de que el mundo conozca está supuesta “práctica ritual”?  “Este caso es muy importante (que se conozca). Los discapacitados han hecho avances en Haití, pero aún queda mucho, demasiado estigma e impunidad”, explicó Michel Pean, un activista ciego que fue el primer secretario de Estado en Haití para la integración de los discapacitados.

Hay tres detenidos.  Una es mujer, y dijo a los investigadores que su marido había matado a las tres mujeres porque la familia temía que fueran criaturas llamadas “lougawou”, similares a licántropos, y que su sordera sería “producto de una maldición.”

Los investigadores estudian otro posible motivo relacionado con las supersticiones. Algunos adivinos afirman que pueden aumentar mágicamente las probabilidades de ganar apuestas en las populares loterías haitianas si se les llevan partes del cuerpo como lenguas de cadáveres frescos.

Sea cual sea el motivo, los asesinatos han causado una gran conmoción y bochorno en Haití, donde los activistas estiman que en torno al 10 por ciento de la población, cerca de un millón de personas, sufren alguna clase de discapacidad.

 Fuente: Aleteia