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2 de septiembre de 2017

“EL PAPA EN BANGLADESH VERÁ LA RIQUEZA DE UNA IGLESIA POBRE”

El cardenal bengalí Patrik D’Rozario anunció el espíritu y los contenidos de la visita de Francisco en noviembre de este año

El cardenal bengalí Patrik D’Rozario
«Lo acogeremos como a un líder espiritual, como a un hombre de fe. El Papa Francisco recuerda a la humanidad entera que la religión es parte integral de la vida. Será un peregrino, como Juan Pablo II, que en 1986 vino a Bangladesh definiéndose “peregrino de paz”. 

Sobre todo, el Papa Bergoglio viene a visitar a una Iglesia, la de Bangladesh, que es una Iglesia pobre, una Iglesia de los pobres y para los pobres: este será uno de los significados centrales de su peregrinaje asiático». 

Con estas palabras el cardenal Patrick D’Rozario, arzobispo de Daca, visiblemente alegre, describió a Vatican Insider el espíritu que anima a la comunidad católica y a toda la nación de Bangladesh, después del anuncio oficial del próximo viaje asiático del Papa Francisco. 

Como confirmó la Sala de prensa de la Santa Sede, el Pontífice hará un viaje apostólico a Myanmar del 27 al 30 de noviembre y a Bangladesh, del 30 de noviembre al 2 de diciembre, en donde visitará la ciudad de Daca. 

El cardenal D’Rozario insistió en el tema de la pobreza, que afecta a uno de los países más densamente poblados del mundo: en casi 144 mil kilómetros cuadrados viven más de 160 millones de habitantes y el 36% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. El país es particularmente vulnerable, debido a los cíclicos aluviones que destruyen cosechas, destruyen aldeas enteras y generan epidemias. Los 12 millones de pobres que viven en las zonas costeras del país, indica el Banco Mundial, durante las próximas tres décadas estarán más expuestos a los efectos del calentamiento global y de los cambios climáticos. 

Pero “pobreza”, indicó el cardenal, puede significar, en la lógica paradójica del Evangelio, “riqueza”. «Nosotros somos una Iglesia de los pobres. Pero los pobres no son solo pobres de bienes materiales, sino también pobres en espíritu. La de Bangladesh es, precisamente, una pequeña comunidad que vive las bienaventuranzas del Evangelio. El Papa verá y apreciará la riqueza de esta pobreza. En el sentido evangélico, esta pobreza de espíritu, que significa humildad y estrecha cercanía con Dios, es una riqueza que se puede ofrecer al mundo». 

A pesar de estar animada por este espíritu, la pequeña Iglesia de Bangladesh no se queda quieta ni es indiferente a los desafíos que debe afrontar la sociedad: marginación, subdesarrollo, vulnerabilidad a los desastres naturales. En Bangladesh miles de jóvenes no tienen posibilidad de ir a la escuela. El problema de la explotación de los niños ha asumido dimensiones alarmantes, mientras la mayor parte de las mujeres es analfabeta. D’Rozario añadió: «la opción por los pobres incluye la lucha por la justicia. Grandes cuestiones como el cambio climático, el flujo de migrantes y refugiados, el futuro de los jóvenes son el alma de la acción de la Iglesia bengalí y estarán presentes en los mensajes que ofrecerá el Papa. Claro, son argumentos que deben ser afrontados positivamente, con la perspectiva de la esperanza, que nunca falta en las palabras de Francisco». 

En el marco de los grandes desafíos que afronta el país, un aspecto particular se relaciona con la pequeña comunidad católica: los fieles constituyen el 0,3% en una nación de mayoría musulmana (90%). «La presencia del Papa –subrayó el cardenal que recibió la púrpura en 2016– será una ocasión para profundizar la fe del pequeño rebaño de nuestra Iglesia, será un impulso para el testimonio del Evangelio de nuestra pequeña porción de pueblo de Dios. Estoy seguro de que su visita tendrá un gran beneficio en todas nuestras comunidades». 

Sin olvidar que en los últimos años se ha ido fortaleciendo en la nación la influencia de los grupos islamistas radicales, con el consecuente y sangriento aumento de actos terroristas, algunos reivindicados por Daesh, que han afectado a inocentes y también a algunas instituciones cristianas. 

Según el arzobispo de Daca, el antídoto es volver a las raíces culturales de la nación: «Para nosotros, los católicos, el desafío actualmente es vivir como cristianos, en una nación islámica, como pequeña minoría que es sal, luz y levadura. Vemos cómo aumenta el radicalismo, pero hay que recordar que nuestro país ha sido armonioso y pacífico por siglos. Solamente en los últimos años pequeñas minorías se han acercado a las ideas extremistas. Hay que decir que esta no es la cultura bengalí. Y la violencia que afecta a la sociedad tiene una matriz política, social, ideológica, económica, pero no religiosa. Creo que es importante volver a los valores espirituales de nuestra cultura, que son nuestro tesoro, sin ceder al colonialismo ideológico, de diferentes tipos, que pretende hacer proselitismo en Bangladesh». 

PAOLO AFFATATO

Fuente: Vatican Insider