Cuando hay amor, cuando
hay convicción, cuando hay pasión y fe si se puede
Padre Pedro Opeka llegó a Madagascar hace 47 años y su obra recorrió el mundo |
“Hacer
de un sueño una realidad”, es el lema de la “Red de solidaridad” contra la
pobreza, que fue presentado este 29 de mayo a la Prensa Internacional en Roma,
y promovido por la Familia Vicentina y otras Instituciones con el objetivo de
hacer surgir otras “Akamasoas” en favor de los pobres de la tierra.
“Con
el trabajo, con la educación y con la disciplina, se puede vencer la pobreza,
se puede vencer el mal, el fatalismo y se puede preparar un futuro mejor con la
participación de los pobres, porque ellos tienen que estar incluidos en los
cambios, ellos son los protagonistas”, lo dijo el Padre Pedro Opeka, misionero
de la Congregación de la Misión (padres vicentinos-lazaristas), comentando
ante los micrófonos de nuestro colega Marco Guerra, los frutos que ha alcanzado
la Comunidad de Akamasoa, en Madagascar.
Esta
Comunidad fue fundada hace 29 años atrás por P. Pedro, quien nació en 1948 de
padres de origen esloveno, emigrados a Argentina para huir de la dictadura de
Tito y que desde hace más de 40 años trabaja en favor de los pobres de la
tierra.
Akamasoa, un sueño hecho
realidad
“Akamasoa
– explica el misionero vicentino – es un proyecto donde nos revelamos contra la
injusticia, nos revelamos contra un sistema que había encerrado a los pobres en
un mundo de fatalidad. Y nosotros hemos dicho, la pobreza no es una fatalidad,
la pobreza la han creado los hombres, los seres humanos, los sistemas, entonces
podemos salir de esa pobreza cambiando nuestra mentalidad, cambiando nuestra
manera de vivir, reflexionando juntos y pensando en el futuro de los chicos, de
los niños y de los jóvenes”.
Akamasoa, un modelo de
desarrollo para los pobres
“Reflexionando
juntos tomamos decisiones y dijimos – señala padre Pedro Opeka refiriéndose al
proyecto Akamasoa – primero tenemos que trabajar y luego educar a los niños y
aceptar una disciplina comunitaria. Con el trabajo, con la educación y con la
disciplina, se puede vencer la pobreza, se puede vencer el mal, el fatalismo y
se puede preparar un futuro mejor con la participación de los pobres, porque
los pobres tienen que estar incluidos en los cambios, ya que ellos mismos son
los protagonistas”.
Akamasoa, números que
hablan de solidaridad
“Este
trabajo no es fácil, lo venimos haciendo desde hace 29 años – precisa P. Pedro
– pero hemos logrado convencer a más del 80% de los pobres que estaban en un
basurero de la calle a cambiar de vida, y a ser responsables de sus vidas y
sobre todo de preparar un futuro mejor a sus hijos. Lo hemos hecho y hoy puedo
gritar – agrega el misionero vicentino – puedo hablar en cualquier parte del
mundo porque detrás de mí, hay 500 mil personas que hemos ayudado en 29 años y
otras 25 mil personas que están hoy con nosotros y 30 mil personas que pasan
para pedir ayuda puntual todos los años. Es un trabajo donde se ayuda a miles y
miles de personas, si hemos podido ayudar a esta escala, entonces se puede
ayudar a una escala mayor cuando hay voluntad, cuando hay amor, cuando hay
convicción, cuando hay pasión y fe si se puede”.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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