La
hermana Anthonia Orji de las Hijas de la Sagrada Pasión dirige un centro de
ayuda en la Arquidiócesis de Accra (Ghana) donde brinda ayuda a los niños que
trabajan en las calles y no pueden acceder a la educación
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Hermana Anthonia Orji. Créditos: Rays of Hope WEM Centre |
El
Centro Rays of Hope nació como una ONG en Ghana en 2009, a través de la visión
del sacerdote de los Oblatos de San Francisco de Sales, P. Konrad Lienhard.
La ONG tiene dos centros: The Welfare
Empowerment Mobility (WEM) en Ayikuma y First Contact Place en Ashaiman, ambos
en la Arquidiócesis de Accra.
En
total, Rays of Hope tiene a su cuidado 59 niños, 23 en el centro WEM, donde la
hermana Orji es la gerente y Oficial de Educación, y 36 en First Contact Place.
En
una entrevista, la religiosa, quien se unió a Rays of Hope en 2015, señaló a
ACI África – agencia del Grupo ACI – que First Contact Place sirve como el
primer punto de encuentro del centro con los niños vulnerables en las calles.
Además,
explicó que el enfoque educativo se divide en tres niveles para satisfacer las
necesidades académicas individuales de cada niño y señaló que preparan a los
que recién ingresan al centro con clases intensivas de preescolar por un año.
“Los
niños que alguna vez estuvieron en la calle y no tenían acceso a educación
tienen que estar preparados para mejorar su reintegración en la vida escolar”,
indicó. “Esto exige paciencia, energía y amor”, agregó.
La hermana Orji explicó que los niños van
diariamente al centro para que los maestros y voluntarios les enseñen
matemáticas, inglés y otras materias.
“También
son educados en higiene personal, habilidades sociales, religión y moral a
través de clases y programas especiales”, agregó.
La
religiosa añadió que, para garantizar una integración efectiva en la vida
escolar, los niños son admitidos en escuelas misioneras católicas porque
“creemos que el ambiente y la rutina cristiana ayudarán a hacer crecer sus
valores morales y religiosos”.
Como
parte de sus actividades humanitarias, Rays of Hope patrocina a los niños desde
el nivel básico de educación en términos de vivienda, alimentación, alojamiento
y cuotas escolares.
Un
caso es Daniel Lomotey, de 18 años, que indicó a ACI África que venir al Centro
WEM y conocer a la hermana Orji fue lo mejor en su vida.
“Gracias
a su orientación (de la hermana Orji) y apoyo, ahora soy estudiante de último año
de secundaria en la Escuela Católica de San Pedro en Ayikuma. Aparte de eso, he
adquirido las habilidades para coser y ser barbero”, señaló.
Daniel
tenía 10 años cuando dejó la escuela para ayudar a su familia. Sin embargo, su
vida cambió en 2014 cuando conoció a la hermana Orji, que lo sacó del trabajo
pesado en las calles y le permitió asistir a la escuela.
“Estaba
estudiando, pero paré a los 10 años debido a las dificultades financieras de
mis padres. Esto me llevó a ayudar a mi tío en el mercado hasta que Rays of
Hope me encontró”, señaló.
El
centro no discrimina en términos de religión cuando se trata de ayudar a niños
en estado de vulnerabilidad. Aunque era musulmana, Salamatu Abubakar no pudo
ocultar su amor por el catolicismo a través de la guía de la hermana Orji, a
quién considera como su mentora y madre.
“Recogía polietileno en las calles para que
mi padre lo vendiera en el mercado de Ashaiman para ganarse la vida. Pero
gracias a Rays of Hope, ahora vivo una vida digna”, indicó a ACI África. “A
través de la capacitación en actividades y la forma de vida en el centro, puedo
rezar el rosario y otras oraciones católicas muy bien, aunque soy musulmán”,
agregó.
La religiosa además indicó que con el brote
de COVID-19, los niños de entre 7 y 15 años que residen en el Centro WEM han
sido colocados en varios hogares.
“Por temor a la propagación del coronavirus
en el Centro WEM, 20 de los 23 niños han sido colocados en varios hogares de
familias voluntarias y nuestro personal de reintegración los monitorea
diariamente”, señaló.
La responsabilidad del centro, dijo, era la
provisión de desinfectantes y máscaras faciales mientras las familias que se
ofrecieron como voluntarios para acoger a los niños se encargan de la
alimentación.
“Creemos que lo que Dios ha creado y unido
no debe separarse. La conexión con la familia es la base más valiosa para
convertirse en un miembro exitoso y responsable de la sociedad. Por lo tanto,
estamos convencidos de poner todo nuestro esfuerzo, paciencia y amor en el
proceso de reintegración de nuestros niños”, concluyó.
Traducido
y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI África.
Fuente: ACI