Las Hijas de María Auxiliadora lanzaron proyecto para ayudar a los niños sin hogar y rescatados de la esclavitud de Benín, África occidental, a reintegrarse en la sociedad a través del arte.
Niños del Centro Mamá Margarita en Cotonú, Benín, África. Crédito: Salesian Missions |
En Benín los niños “se enfrentan a importantes desafíos para
obtener una educación dentro del deficiente sistema educativo del país. Según
UNICEF, Benín sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, con cerca
del 70% de su población viviendo en la pobreza”, señalaron los salesianos en su
sitio web Mission Newswire.
“Aproximadamente, la mitad de todos los niños de entre 5 y 13 años
de edad están involucrados en algún tipo de trabajo forzoso en el país y casi
el 20% padece desnutrición crónica. Los jóvenes de Benín también enfrentan
desafíos abrumadores en la lucha contra la pobreza, una de las causas
fundamentales del tráfico de menores”, agregaron.
En medio de este contexto, las religiosas lanzaron en el Centro
Salesiano Mamma Margherita un curso de introducción al arte dirigido a niños de
la calle del mercado de Dantokpa, que busca contribuir a su sanación
psicológica y emocional, y posterior reintegración social.
“El proyecto está llevando a los niños a descubrir sus talentos
ocultos, aumentando su autoestima y enseñándoles a integrarse en la sociedad”,
indicaron. “Los educadores [que trabajan en el centro] enseñan a los niños cómo
estirar el lienzo, preparar el material necesario y pintar”, añadieron.
El P. Gus Baek, director de Misiones Salesianas , filial
estadounidense de los Salesianos de Don Bosco, dijo que “enseñar a los
niños habilidades artísticas” les permite expresarse. “Los niños de la calle en
Benín sufren muchas injusticias”, por ello, “tener adultos a los que puedan
acudir en busca de apoyo y una forma de expresarse son pasos importantes en su
curación”, agregó.
Las Hijas de María Auxiliadora son reconocidas en el mercado de
Dantokpa por su labor en favor de las niñas y jóvenes. Desde el año 2001, las
religiosas ayudan a las jóvenes conocidas como ‘vidomegon’, a reintegrarse en
la sociedad y retornar a sus familias de origen.
Los salesianos explicaron que la palabra “vidomegon” es un “legado
de la tradición colonial” en Benín, a través del que “se confiaba a las niñas
de hogares rurales a un tutor [con mayor poder adquisitivo], para garantizar
que tuvieran acceso a una mejor educación”.
En la actualidad, “las familias más pobres suelen vender a estas
niñas como esclavas y las emplean como mano de obra a bajo costo en hogares y
en mercados”, indicaron los salesianos.
En medio de este contexto, las niñas “son víctimas de violencia
psicológica y física de todo tipo” y “se pasan la vida trabajando día y noche,
durmiendo bajo bancos y, con frecuencia, son explotadas y maltratadas”,
agregaron.
Ante esta problemática, las religiosas abrieron en 2017 el Centro
Esperanza. El objetivo del centro es brindar a las jóvenes rescatadas de la
esclavitud, “un lugar donde puedan dormir con total seguridad”, y también,
recibir apoyo emocional y educación técnica. Actualmente, el centro tiene
capacidad para 70 niñas.
“Además de recibir cómodos colchones para dormir, las niñas tienen
acceso a un psicólogo y un asistente que les ayuda a superar los traumas que
han sufrido. También tienen acceso a capacitación técnica y muchas se
convierten en panaderas, cocineras y pasteleras”, señalaron.
Antes de ser admitidas en el Centro Esperanza, las niñas ingresan
al programa de Barra Vidomegon, “un albergue salesiano donde pueden descansar,
pedir ayuda y encontrar apoyo, a través de actividades recreativas”; además,
reciben información que les permite decidir si desean unirse al Centro
Esperanza.