El Papa Francisco ha elogiado el ejemplo de los misioneros, y los ha
propuesto como modelo para los jóvenes insatisfechos de hoy
Ha sido en la
homilía de la Eucaristía de Santa Marta de esta mañana, a la que asistido el
director nacional de Obras Misionales Pontificias España, Anastasio Gil García.
Los misioneros, “la Gloria de nuestra Iglesia”, respondieron al impulso
del Espíritu Santo, que les “obliga” a desgastar su vida. Han “quemado” su vida
por el Evangelio renunciando a sus seres queridos, e incluso a una vida larga.
A continuación, la noticia publicada por Aleteia
basada en la homilía del Papa Francisco:
La docilidad a la voz del Espíritu Santo que nos empuja a “quemar” la vida
por el anuncio del Evangelio incluso a los sitios más lejanos. Esta es la
característica de fondo de todos los hombres y mujeres que eligen servir a la
Iglesia yendo a la misión. Un aspecto sobre el que el Papa Francisco ha
reflexionado hoy en la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta.
Una llamada que “obliga”, un empuje irresistible a
tomar la propia vida y darla a Cristo, es más, a “quemarla” por Él. Esto es lo
que hay en el corazón de cada uno de los Apóstoles. Era el fuego que quemaba el
corazón de San Pablo, el mismo fuego que, constata el Papa, arde en “tantos
jóvenes que han dejado su patria, su familia y se han ido lejos, a otros
continentes, a anunciar a Jesucristo”.
“Obligados” por el Espíritu
La reflexión de Francisco se ha inspirado en la cita
de los Hechos de los Apóstoles que cuentan la despedida de Pablo a la comunidad
de Mileto. Una escena conmovedora: Pablo sabe, y lo dice, que no verá más a esa
comunidad, los presbíteros de Éfeso que ha mandado llamar y que ahora le
rodean. Es el momento de ir a Jerusalén y es allí donde el Espíritu lo conduce,
el mismo Espíritu que es dueño absoluto de su vida, que siempre lo empujó al
anuncio del Evangelio, afrontando sufrimientos y dolores.
“Creo, observa el Papa, que esta cita evoca a nuestros
misioneros” de todas las épocas: “Iban ‘obligados’ por el Espíritu Santo: es
una vocación. Y cuando, en aquellos lugares, vamos a los cementerios y vemos
sus lápidas: muchos murieron jóvenes, siendo menores de 40 años. Porque no
estaban preparados para las enfermedades de aquellos lugares. Dieron la vida
jóvenes: han ‘quemado’ la vida. Pienso que ellos, en esos últimos momentos,
lejos de sus patrias, de sus familias, de sus seres queridos, habrán dicho:
‘Valía la pena por todo lo que he hecho!’”.
Misioneros, la gloria de la Iglesia
“El misionero va sin saber lo que le espera”, insiste
el Papa, que cita la despedida de la vida de San Francisco Javier narrado por
José María Pemán, escritor y poeta español del siglo XX. Una página que evoca a
la de San Pablo: “Sólo sé, dijo el Apóstol en su discurso de despedida, que el
Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me atestigua que me esperan cadenas y
tribulaciones”. “El misionero sabe que no le será fácil la vida, pero continúa
adelante”, comenta Francisco que se conmueve pensando en los apóstoles de hoy.
“Nuestros misioneros, estos héroes de la
evangelización de nuestros tiempos. Europa, que llenó de misioneros otros
continentes… y que se iban para no volver. Creo que es justo que hoy
agradezcamos al Señor sus testimonios. Es justo que hoy nos alegremos de tener
estos misioneros, que son verdaderos testigos. Pienso en como fue el último
momento de estos: ¿Cómo pudo ser la despedida? Como Javier: “He dejado todo
¡pero valió la pena!”. Anónimos, se fueron. Otros mártires, es decir,
ofreciendo la vida por el Evangelio. ¡Estos misioneros son nuestra alegría! La
gloria de nuestra Iglesia!”.
Jóvenes “quemad” la vida por causas nobles
Una cualidad del misionero, por tanto, es la
“docilidad”, dice Francisco, concluyendo con una oración: que a pesar de la
“insatisfacción” que captura a “nuestros jóvenes de hoy”, la voz del Espíritu
Santo “les obligue a ir más allá, a ‘quemar’ la vida por causas nobles”.
“Yo quisiera que los jóvenes de hoy que no se sienten
a gusto, ‘que no son felices con esta cultura del consumismo, del narcisismo…’
‘¡Qué miren al horizonte!, ¡qué miren a nuestros misioneros!’. Rezad al
Espíritu Santo que les obligue a caminar lejos, a ‘quemar la vida’. Es una
palabra un poco dura, pero la vida vale la pena vivirla bien, ’quemarla’ en el
servicio, en el anuncio y seguir adelante. ¡Esta es la alegría del anuncio del
Evangelio”.
Texto tomado de la noticia de Aleteia:
http://es.aleteia.org/2016/05/10/papa-francisco-joven-estas-insatisfecho-mira-a-los-misioneros
http://es.aleteia.org/2016/05/10/papa-francisco-joven-estas-insatisfecho-mira-a-los-misioneros