Las cifras son tan
altas como la esperanza en la construcción de una nación mejor. La lista de
regalos de las madres venezolanas al Niño Jesús son largas y conmovedoras:
vida, salud, alimentos y transición hacia la democracia
Cuando falta poco para culminar el año, las organizaciones de
derechos humanos presentan cifras que dan cuenta del drama de persecución, por
lo que también coinciden en elevar sus
oraciones a Dios por un 2018 de cambio urgente, que devuelva los
principios y valores democráticos desaparecidos de la nación sudamericana.
Uno de los organismos
emblemáticos en la defensa de los presos políticos y perseguidos por razones
ideológicas es el Foro
Penal Venezolano (FPV),organización no gubernamental constituida como
asociación civil que dispone de un amplio equipo de abogados, quienes brindan
asistencia jurídica gratuita a personas detenidas arbitrariamente.
El Foro, que muy pronto se
convirtió en referencia formal hasta para la Organización de Estados Americanos (OEA), la
cual cita sus informes y sigue con atención sus estadísticas y aportes, cuenta
con una red de más de 4000 voluntarios, activistas no abogados, los cuales
conforman un extenso grupo de “Defensores Activos” que actúan en la promoción
del respeto a los Derechos Humanos y en la asistencia a víctimas y familiares.
Su director, Alfredo Romero,
conversó en exclusiva con Aleteia, previo al proceso de diálogo y
negociación política que adelantan gobierno y oposición en República
Dominicana. Las apreciaciones del abogado dan luces sobre el porvenir de
Venezuela, cuyo país despide el año con la mirada puesta en posibles cambios
que detengan la “mortal” situación social, política y económica que mantiene a
los venezolanos en condición de “crisis humanitaria”.
“El Foro Penal Venezolano ha
estado abierto a participar y colaborar en cualquier discusión siempre y cuando
sea de manera honesta, y cuyo propósito sea de beneficio para la sociedad y los
que somos más sacrificados, la peores víctimas que son, por ejemplo, los presos
políticos”, afirma Romero.
Considera que la institución
“puede ser un punto de encuentro donde confluyan los diferentes factores
políticos tanto de oposición como del gobierno, tan es así que lo es: hoy en
día el Foro penal está conformado por
más de 4 mil activistas donde hay representantes de la sociedad civil, pero
también de partidos políticos. De todos los partidos. Inclusive hemos
tenido personas del gobierno en alguna oportunidad, siempre y cuando se sientan
cómodos”.
Recuerda que es un grupo
diverso. “Hemos tenido gente de la sociedad civil de diferentes tipos, tanto
estudiantes como amas de casa”. La razón es más bien simple, estima. Buscan
“libertad con justicia”. Por ello, “está
dentro de nuestra meta que Venezuela pase un período de transición política”
hacia la democracia y la libertad.
Romero considera que el Foro
Penal “puede ser un factor importante para encontrar a esos dos factores que
hoy en día tienen visiones distintas”. Aunque establece “una frontera en el
área social”.
Aclara que el organismo tiene
la ventaja de que “no depende de un gobierno u otro”, por lo que en caso de
darse una transición, mantendría su labor en la búsqueda de garantías de
respeto a los derechos humanos”.
“El objetivo del Foro es
tener libertades. Su meta es impulsar el
sistema de justicia y el sistema de libertades. Por eso nuestro lema es
nuestro himno: ‘Cuesta toda la vida vivir en libertad’”. Y seguimos 4
principios: “La constancia, el compromiso, la convicción y el corazón, que
aunque parecieran retóricos tienen toda una explicación” a favor de cualquier
civil en el mundo y no solo en Venezuela.
Aunque no se jacta de ello,
Alfredo Romero es católico practicante, “de los que va a Misa todos los
domingos”. Y mantiene contactos discretos con altas personalidades de la
Iglesia Católica, tanto en Venezuela como en otras naciones del mundo.
No son secreto, aunque sí
suelen estar en bajo perfil, sus reuniones en Vaticano, con el Secretario de
Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro
Parolin, un “venezolano” que conoce con particular precisión la situación que
afronta Venezuela, y en la que desde distintos ámbitos participa la
diplomacia vaticana en un intento por destrabar tensiones y lograr la
reanudación de la democracia.
Estas son las cifras del
organismo, que –advierte- “son el resultado de la ‘represión ejercida de manera
sistemática, por parte del Estado venezolano’ contra un grupo específico de
ciudadanos”:
• 5.462 personas fueron
arrestadas arbitrariamente con fines políticos, desde el 1º de abril hasta el
30 de noviembre de 2017.
• 354 personas permanecen
detenidas, por diferentes motivos, hasta el 30 de noviembre de 2017. 311 son
formalmente presos políticos.
• 12.007 personas fueron
detenidas arbitrariamente desde el 1º de enero de 2014 hasta el 30 de noviembre
de 2017.
• 7113 personas fueron
investigadas penalmente y se encuentran con medidas cautelares sustitutivas de
privación de libertad tales como: presentación periódica, arresto domiciliario,
prohibición de declarar en medios de comunicación, entre otras, hasta el 30 de
noviembre de 2017.
No obstante, los venezolanos
despiden el año con la esperanza puesta en Dios, que ya le concedió a la nación
el milagro de una tercera beata, Madre Carmen Rendiles, para su protección.
Mientras los niños siguen muriendo de hambre, en un país donde 16 de cada 100
infantes sufre desnutrición infantil aguda, las madres angustiadas elevan su
mirada tierna al Niño Jesús para clamar los regalos de: vida, salud,
alimentación, libertad y justicia.
Carlos Zapata
Fuente: Aleteia