"Fue una emotiva celebración eucarística", que se convirtió
también en una acción de gracias, pues los soldados y oficiales "venían literalmente del frente
tras una semana repeliendo ataques de Boko Haram contra la comunidad
cristiana de Madagali"
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Un momento de la celebración del pasado domingo, con la
participación
de militares católicos. Foto: Vatican News.
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Los cristianos en Nigeria viven
desde hace meses una situación angustiosa, con secuestros y asesinatos que, en
opinión del obispo de Sokoto, Matthew
Kukah, constituyen un auténtico genocidio ("así lo creo", dice).
Monseñor Kukah considera su país como "un Estado fallido" en manos de
la violencia islamista de
Boko Haram y de los fulani.
"Con el paso del tiempo, el terrorismo ha conseguido
financiarse mediante el crimen, la violencia y los secuestros, y se teme
que el gobierno esté financiando también estos grupos inadvertidamente porque
se han infiltrado en las agencias de seguridad", añade el prelado.
Los obispos pidieron la semana pasada que se
abriese un periodo de oración de 40 días para
pedirle a Dios el fin de las matanzas: “A todos los católicos, les pedimos
que se unan a la oración, un
Padre Nuestro, tres Avemarías y un Gloria al Padre todos los días después del
Ángelus durante cuarenta días, a partir del 22 de agosto de 2020 y hasta el
30 de septiembre de 2020, la víspera del Día de la Independencia de Nigeria”,
pidió la conferencia episcopal el 8 de agosto.
Ese 30 de septiembre, todos los católicos
nigerianos (y del resto del mundo en comunión con ellos), están llamados a
rezar los misterios dolorosos del Rosario a partir de las doce del mediodía
“para que Dios salve a
Nigeria”.
En este contexto, el pasado domingo sucedió un
hecho que impresionó a los fieles de la ciudad de Madagali, en la diócesis de
Maiduguri, cuando un
considerable número de militares nigerianos se unieron a la misa, según
informó a Vatican News el padre Gideon Obasogie.
"Fue una emotiva celebración eucarística", que se convirtió
también en una acción de gracias, pues los soldados y oficiales "venían literalmente del frente
tras una semana repeliendo ataques de Boko Haram contra la comunidad
cristiana de Madagali".
El párroco, Innocent Sunu, pidió a los militares que continuasen
defendiéndoles, y recordó a todos los presentes que el Papa y toda la Iglesia
universal rezan por ellos. Pero lamentó el abandono en el que se encuentran por
parte de los dirigentes del país: "Aquí en el norte, los débiles pero
fieles cristianos no tienen mucho que decir o hacer, salvo pedir la intercesión de Nuestra
Madre de la Esperanza. Es lo único que le queda a nuestra gente en un país
cuyos líderes políticos parecen haberse dormido al volante y miran para otro
lado".
Madagali se encuentra cerca de la selva Sambisa, un feudo de los
islamistas, refugio donde retienen y violan a mujeres y niñas, y plataforma
para su pretendido califato.
A pesar de las derrotas infligidas en los últimos años sobre el terreno por el
Ejército, Boko Haram conserva estructura suficiente para estar asesinando
cristianos de forma sistemática.
Fuente: ReL