Esta tarde nos hemos reunido un grupo de personas amantes de los misioneros para hacer la Oración Mensual Misionera en el Convento de las MM. Agustinas de la Encarnación de Segovia, pues somos conscientes que la mejor ayuda para los misioneros es la oración.
"Somos y nos llamamos Monjas Agustinas Contemplativas, y pertenecemos a la Orden de san Agustín, en Segovia se nos conocen “convento de Sta. Rita”. Pues todos los años hacemos una novena a la Santa. Algunos dicen que es nuestra fundadora pero nuestro fundador es San Agustín, Doctor esclarecido de la Iglesia por sus confesiones y escritos, y cuya regla profesamos y también otros ordenes".
MM AGUSTINAS DE LA ENCARNACION
CONVENTO DE STA. RITA
No tenemos muchos datos sobre la fundación del convento pues perdimos el archivo en 1860, con la Exclaustración de la conocida “Gloriosa”. Nuestro carisma fundamental vivir unánimes en el monasterio, tener una sola alma y un solo corazón hacia Dios, y no considerar nada como propio sino tenerlo todo en común.
La comunidad es nuestro primer campo de apostolado en ella añadimos las distintas ocupaciones del día, distribuyendo la jornada entre la celebración del oficio divino y la Eucaristía que procuramos preparar con mucha atención y el estudio y el trabajo silencioso. El voto de pobreza, nos compromete a vivir de nuestro trabajo manual e intelectual, que lleva siempre la marca de nuestro vivir comunitario, que exige realizarlo con esmero y prontitud de ánimo. La amistad de Dios y con las hermanas nos hace vivir felices.
En nuestra comunidad actualmente somos 10 hermanas, 8 de votos solemnes y 2 postulantes. Aunque adoptamos la vida retirada del ambiente del mundo en reciento de clausura, para buscar el lugar más privilegiado que favorezca el encuentro con Dios para comprender y desarrollar mejor nuestra vocación y para llevar acabo con más facilidad nuestra misión dentro de la Iglesia. No es separación del mundo , sino distanciamiento de los impedimento mundanos, estamos implicadas en los
problemas y en las necesidades de los hombres, los hacemos nuestros; pero sin dejarnos afectar por sus circunstancias distorsionantes… Con la iglesia oramos y nos sacrificamos para hacer un mundo más justo y los hombres sean más felices. De manera especial caminamos y rezamos junto con nuestra Iglesia diocesana y el seminario menor en familia para que esos jóvenes lleguen un día a ser santos sacerdotes. Por las intenciones particulares de quienes nos encomiendan sus necesidades, orando y amando con la inmolación total y constante de nuestra vida, queremos ser el corazón de la Iglesia.