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8 de julio de 2014

II CURSO DE VERANO DE MISIONOLOGÍA

Convivencia y formación misionera en el II curso de verano de la Cátedra de Misionología en Segovia que hace renacer la “Alegría del Evangelio”


El director de Obras Misionales Pontificias en España, Anastasio Gil, clausuraba ayer en Segovia el II Curso de Verano de la Cátedra de Misionología, que ha reunido a 20 alumnos procedentes de diversas realidades eclesiales y territoriales de España, además de otros lugares del mundo, como Camerún y Panamá. 


Una diversidad que ha contribuido en la reflexión sobre la “Espiritualidad Misionera”, “Algunos retos actuales de la misión: promoción de la justicia, ecumenismo y diálogo interreligioso”, “Teología de la Misión”, “Animación Misionera” y la profundización en la Exhortación Apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium, temas sobre los que han trabajado los alumnos durante los seis días de formación.

Alumnos que han querido reflejar con sus palabras lo que significa este curso para ellos. Son ellos los que han compartido, participado y transmiten ahora en cada una de sus delegaciones y realidades eclesiales la fuerza de un espíritu misionero que en este segundo año se ha consolidado en Segovia, con la seguridad, como afirma el Papa Francisco, que “Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1).

Mª Carmen López, de la Delegación de Misiones de Sigüenza – Guadalajara, y Mª Mar Martín, de la Delegación de Misiones de Segovia, participan por segundo año en este curso de formación. Ambas, en un diálogo, compartían sus sentimientos y sensaciones en lo que significa una aportación especial para la formación misionera. Ambas destacaban el cómo estar en Segovia contribuye decididamente a entrar más y más en la dinámica misionera y hacerla presente en todas las realidades pastorales. De ese modo, Mª Carmen López, afirmaba que  “el año pasado me enganchó bastante” y como “siempre estoy buscando formación misionera, participar en este curso es encontrar una visión clara de cuestiones que son importantes para el día a día en la misión”. En ese sentido, Mª Mar Martín aseguraba que este curso sirve para “colaborar con la Delegación de Misiones, con la parroquia y especialmente es un aporte personal”. Ambas, Mª Carmen y Mª Mar, que no dudan en participar en el III Curso de Verano que se realizará el próximo 2015, coincidían en sus palabras sobre la convivencia, como clave de esta formación, que la consideran muy positiva, a lo que añadía Mª Mar, “esta convivencia sirve y contribuye en el crecimiento como cristianos, como hermanos”.

Cuestión en la que también insistía José Ignacio Sotoca, que ha participado por primera vez en este curso misionero. Una participación que además ha sido con su familia, junto a su mujer Sara Valdepeñas y el hijo de ambos, Jesús. Una familia misionera, una familia que destacaba, en esta formación, la importancia del diálogo y la convivencia. Es, aseveraba José Ignacio, “muy importante el poder dialogar y compartir lo que se vive cada día, que verdaderamente ha enriquecido este encuentro”.

Josephine Kisimba, del Instituto Secular Cruzada Evangélica, procedente de Camerún, también ha participado por primera vez en este Curso de Verano, cuando lleva apenas 5 meses de labores pastorales en España. Ella destacaba que está “muy contenta con el curso, porque ha sido muy interesante”, afirmando que “ahora con este curso y con lo que he recibido en el encuentro con mis compañeros me va a ayudar cuando regrese a mi país” porque “me ayudará también con las chicas con las que trabajo”. Señalaba que ha encontrado muchos temas que le han servido para profundizar en la Misionología, en especial lo relacionado con la Espiritualidad Misionera, porque “la vida espiritual es muy importante para mi compromiso misionero”.

Fray José Ariel Cedeño OSA, procedente de Panamá, en el mismo sentido, señalaba que “esta experiencia para mí es novedosa”, que contribuye a la “misión que ya se abre desde Panamá a España, porque ahora ya tenemos hermanos agustinos de mi país trabajando en esta tierra”. Este curso, en esa línea, “contribuye a la expansión de la Misión. Respecto al encuentro y convivencia de diferentes personas, carismas, destacaba que es “verdaderamente una riqueza, que para nosotros, que somos nuevos, que nos ayuda a descubrir el sentido de la misión”. Además, los “testimonios misioneros nos han exhortado a nosotros a fortalecer más el ámbito de la misión, volviendo a las raíces del primer amor y encuentro con Jesucristo”.

Testimonios que recordaban que la misión es una llamada a ver la realidad de un modo diferente, a ser humilde. Una vida misionera en la que se aprende a adaptarse a otros, porque siempre merece la pena entregarse por el Señor, ya que da mucho más y en la misión siempre se ve más.

El también panameño José Enrique Pinto insistía en la “dinámica del mismo curso”, que ha facilitado el encuentro “con la realidad misionera”, a la vez que destacaba el trabajo compartido sobre la animación misionera, que ayudaba a descubrir otras miradas, otras formas de trabajar, otras formas de contribuir a una vida misionera más plena.

De la oración nos habla Blanca Murillo, de Cáceres, porque “la oración es un pilar fundamental en este encuentro misionero”, una oración “que me ha ayudado mucho”. En este punto también coincidían muchos de los participantes, que destacaban que la liturgia, la oración, el compartir son pilares que, junto a la formación recibida, contribuyen a la animación y dinamización misionera.

Es el renacer la alegría, de la que en la clausura hablaba Anastasio Gil, de OMP, es el esfuerzo formativo que han compartido estos discípulos misioneros, son quienes ahora seguirán perseverando con alegría “cuando están con Él, cuando hace su voluntad, cuando comparte la fe, la esperanza y la caridad evangélica”.

Fernando Redondo

voluntario de la Delegación de Misiones de Toledo