"Aquí en Guinea se cuenta con unos 778 fallecidos, pero no ha estallado el pavor español"
OMPRESS-GUINEA CONAKRY Rafael Sabé,
misionero español en Guinea Conakry, es miembro del Grupo de Prevención Anti
Ébola de la región de Siguiri, grupo que reúne a los representantes de las
autoridades civiles, sanitarias, empresariales y religiosas de la zona.
Misionero desde 1992, vive de primera mano la epidemia del ébola en uno de los
países contagiados.
El misionero explica las claves que han
hecho que Guinea Conakry sea uno de los países afectados que mejor está controlando
el virus. Cuenta que “en la región de Siguiri, el Prefecto ha creado un grupo
de prevención contra el virus del Ébola. Hay que prevenirlo creando las
condiciones que dificulten su transmisión, como informando y facilitando el
lavado de las manos por toda la ciudad. Este grupo lo forman las fuerzas vivas
de una región: las autoridades locales (alcaldes, diputados), las autoridades
sanitarias (doctores, enfermeros), los representantes de la policía,
representantes de empresas y las autoridades religiosas -como son el imán para
los musulmanes y un sacerdote para los cristianos-. En este sentido yo soy el
representante cristiano en la región de Siguiri. Este grupo sigue directamente
la evolución del ébola en la región. Tenemos reuniones periódicas para reflexionar
conjuntamente las soluciones a adoptar”.
También cuenta que es difícil para la
población aceptar el virus, porque “para atacarlo hay que detectar a los
enfermos, aislarlos totalmente y en caso de fallecimiento, hay que enterrarlos
directamente. Y esto provoca una oposición en la población. En la tradición
africana la muerte es uno de los momentos más importantes de la vida del
hombre. Es necesario honrar a nuestros difuntos. Conozco una familia que en las
ceremonias funerarias perdió a nueve miembros por el ébola y varios se
contagiaron, pero se han curado. Es por esto que el Grupo de Prevención hace su
trabajo de sensibilización. Pero a pesar de todo aún hay contagios, aquí en dos
semanas hemos tenido cinco casos. Desde mediados de agosto no habíamos tenido
ningún caso. Parecía que se había dominado, pero el desplazamiento de la
población ha provocado un volver a comenzar.
Rafael Sabé transmite el deseo de los
guineanos de que Teresa Romero se restablezca rápidamente. “Hoy en la
Eucaristía han rezado por ella. Como dice el slogan, Teresa somos todos. A
ella, queremos decirle: Teresa: desde Siguiri recibe nuestro apoyo”. Comenta
que la gente en África “se sorprende de la reacción de pánico que existe en
España. Aquí en Guinea se cuenta con unos 778 fallecidos, pero no ha estallado
el pavor español. Es cierto que en África se vive muy de cerca el sufrimiento y
esto crea carácter. Hace unos días enterré a una niña de cinco años muerta de
paludismo. Los hermanos de la niña estaban todos presentes. Había lágrimas de
dolor en el entierro, lágrimas de amor, pero no desesperación”.
Este misionero salesiano admira “a los
médicos africanos que, con poca protección, se acercan a los enfermos. Hoy
mismo le he dicho a un médico responsable de la lucha contra el virus, cuídate,
no te fíes”. Por eso el centro de primeras curas que tienen, al enfermero, a la
enfermera y a la comadrona que tienen les dice: “Atención a los enfermos que
tienen fiebre. No se te ocurra tocarlos sin guantes y si crees que es ébola llama
al equipo de médicos especialistas de inmediato”.
Rafael Sabé concluye recordando el
testimonio admirable de los misioneros que han fallecido.
Fuente: OMP