El misionero P. Luis Pérez escribe para los lectores de ABC sobre los pequeños que
han quedado solos tras morir sus padres de ébola; estigmatizados y abandonados a
su suerte, ahora recibirán atención por parte de los Salesianos
Ha habido alguna mejora, otras realidades han empeorado, en
unos distritos los muertos y afectados han disminuido, en otros han aumentado;
la ayuda internacional, tan necesaria, está llegando, aunque muy despacio; siguen haciendo falta personal
sanitario preparado y los medios adecuados para poder frenar y combatir
la epidemia con eficacia.
Es decir, que el balance nos da una situación grave, estabilizaba en
niveles altos de la presencia del virus y sus consecuencias. Todavía
tenemos, por desgracia, para rato.
Las cifras oficiales, es decir, los que se cuentan por haber asistido
a un centro sanitario, son unos 4.300 afectados, más de
1.200 muertos y 870 supervivientes.
Asimismo, según los organismos internacionales, hay más de 300 niños huérfanos no
infectados y unos 600 que permanecen en cuarentena todos ellos son hijos
de padres que han muerto a
causa del ébola.
La ayuda internacional va llegando: se han abierto tres laboratorios
para poder detectar el ébola en distintos lugares del país, por lo tanto
ahora son cinco en lugar de dos; la Diócesis de Makeni está
tratando de poner en funcionamiento uno en el hospital que aquí tiene, ya hay
algunos benefactores disponibles, pero la realización es cara; estos
laboratorios son esenciales
ya que cuanto antes se detecta la infección y se comienza a tratar más
altas son las posibilidades
de salvar vidas.
También se han abierto, o están a punto a comenzar a
funcionar, tres centros de aislamiento-observación y
otros tantos de tratamiento. Los de
aislamiento-observación siguen, por 21 días (los que emplea el virus para
manifestar los síntomas) a
las personas que hayan estado en contacto con afectados o muertos, si
durante este periodo el virus no se manifiesta la persona es dada de alta; de lo
contrario pasa al centro de tratamiento donde se comienza a intentar la
curación. Estos centros están patrocinados y gestionados por el
Estado o, los nuevos, por ONGs, o países como Gran
Bretaña, Italia, Cuba, España. La apertura de estos centros ha supuesto
la llegada de personal sanitario preparado y de los medios para poder realizar
este trabajo tan delicado, peligroso y que requiere instrumental-material muy
específico.
Aquí (personal,
centros y medios) reside la clave de la lucha contra el ébola; junto a
las medidas de prevención del contagio que
las Autoridades e Instituciones repiten con machacona insistencia. Medios que
cuestan dinero, el País hace lo que puede, pero la pandemia es tal que no
puede llegar a todo. Por ello es imprescindible la solidaridad
internacional que, por otra parte, sería una consecuencia de la justicia y de
unas relaciones económicas y comerciales más de «igual a igual», con una
distribución de beneficios más equilibrada entre el «norte» y el «sur». Se
podría decir que la causa
principal de lo que está pasando en Sierra Leona es la pobreza, no por
ser un país pobre, sino porque sus gentes han sido empobrecidos.
Son los tres niños supervivientes de varias casas afectadas por el ébola, quedan huérfanos |
En muchos países, más en los pobres que en los ricos, hay niños «de
la calle», sin escolarizar, desnutridos, endémicamente enfermos «maras»
huérfanos…En África
también hay huérfanos y muchos; lo que en África, generalmente hablando,
no existen son huérfanos abandonados, de
hecho un buen número de niños-as se crían con sus tíos o abuelos.
La familia en África es
«alargada», aglutina a personas incluso de parentesco lejano, por lo
tanto cuando un niño-a y se queda huérfano se incorpora a otra casa donde tenga
familiares. Ese núcleo será su punto de referencia, de relación, de pertenencia,
de subsistencia, el niño-a no queda a la deriva, se siente acogido, está con los
suyos que compartirán con él o con ella lo que son y lo que tienen, con ellos
vivirá, en
muchas ocasiones malvivirá como malviven los que los acogen; pero está y vive
con los suyos.
La nueva sombra
que ha trastocado este aspecto de la cultura y de la vida en Sierra
Leona, es el ébola:
el miedo al contagio, el pensar que el niño-a (aunque curado o dado negativo)
habiendo sus padres muerto por el ébola pueda ser peligroso, quedan estigmatizados y
abandonados a su suerte. Para estos niños-as el foso de la pobreza y de
la indigencia se hace más profundo, más negro, más sin esperanza, se les
roba un poco más de una infancia que ya era una infancia sufrida, que casi no era infancia.
El
gobierno ha salido al paso de esta situación determinando que estos
niños-as, después de seguir el «protocolo» general para todos y cuando ya estén
curados, o se confirme que no están afectados, sean acogidos en un centro que los
atienda. Ha encargado
esta labor a Los Salesianos, que son los que más preparados están para
tratar con niños y han puesto alguna estructura a disposición de este servicio.
Alguna que otra institución ha acogido a algunos y otras están tratando de
organizar algún tipo de apoyo y seguimiento. Estructuras y medios que son del
todo insuficientes para los «huérfanos» actuales y para los que, con toda
seguridad, están por llegar…
Niños de una de las aldeas de interior en Sierra Leona. Pese a todo, ríen y hacen bromas |
Por otra parte, no todas las familias rechazan a
estos niños-as, quieren llevárselos con ellas, pero no es tan fácil,
necesitan apoyo económico para el mantenimiento y los medios oportunos para el
seguimiento sanitario adecuado en caso necesario…¡En fin! Que volvemos a lo
mismo: soporte económico, tanto para los centros de acogida como para las
familias que, superando el miedo con el afecto y la cultura que les es propia,
se quieren hacer cargo de estos niños-as.
Todos: autoridades, iglesias, asociaciones, sociedad civil-familias
están tratando de encontrar la mejor solución, desde los diversos puntos de
vista (sanitario, económico, de sensibilización…) para este nuevo reto que
afecta a las vidas de estos
niños-as a los cuales les es difícil comprender que les rechacen, marginen y
estigmaticen. Se está intensificando la campaña de sensibilización, de la
sociedad y de las familias, de que el huérfano de padres muertos por ébola si no
fue infectado o está curado
no es peligroso.
Luces y
sombras, todos seguimos trabajando para que la luz se imponga y seguimos
esperando que el trabajo y colaboración interior siga creciendo, que la ayuda
internacional siga llegando y con mayor celeridad, que los medios necesarios
estén, lo antes posible, a disposición de los que están arriesgando su vida para
el bien de los demás y del País entero. Mucho depende de los «de aquí», otro
tanto, o más, depende «de los de allí» de los que más tienen y no tanto
necesitan.
Muchos saludos y hasta la semana que viene.
P.
Luis Pérez Hernández s.x.
Misionero Javeriano en Sierra Leona
Fuente: ABC