Cada año,
gracias a la generosidad de muchos católicos con la campaña de Vocaciones
Nativas (www.vocacionesnativas.es), numerosos sacerdotes en Sudáfrica
llevan esperanza y cambio a las vidas de innumerables personas.
El apoyo
a esta campaña que organiza una de las cuatro Obras Misionales
Pontificias, la de San Pedro Apóstol, permite que sigan abiertos muchos
seminarios de países de misión. Quienes en ellos se forman llevan esperanza y
alegría a miles de sus hermanos y hermanas.
Es el caso del padre Albert Sithole.
Hace unos años fue enviado a Matikwe, en la zona sureste de su país,
Sudáfrica. Era una misión en sus comienzos y apenas 40 personas asistían
a Misa. No había escuela para los niños, y las madres jóvenes, los
ancianos y los enfermos no recibían apoyo… porque no había ni siquiera una
iglesia.
El joven Albert, recién salido del seminario, tuvo el coraje
de animar a la gente a unirse y las cosas comenzaron a cambiar.
Se sumaron más personas a la comunidad, y todos juntos construyeron una
nueva iglesia. La nueva iglesia, St Mary, construida con los mismos materiales
que las casas vecinas, con mucha hojalata, es la casa de todos, de una
comunidad vibrante, y es el centro de proyectos educativos y de ayuda
alimentaria a todo el barrio.
Con 3.000 personas en esta
comunidad, la iglesia se les ha vuelto pequeña. Todo ha cambiado como
resultado del amor de Albert.
Con el apoyo a la campaña de
vocaciones nativas se respalda a nada menos que 227 seminarios de toda
África, donde jóvenes como Albert se forman para ayudar y dar esperanza
a sus hermanos. Su futuro, una vida de entrega y trabajo.
Un ejemplo de
ello es la misma vida de Albert. Tiene misas a partir de las siete en St Joseph.
Sí, Albert es párroco de St Joseph, que es la cabeza de comunidades como la de
St. Mary con su iglesia de hojalata, que está en el barrio de Inanda Newtown C.
Pero también hay una Inanda Newtown A y otra B, Inango Lezulu y Mater Christi,
como se llaman sus comunidades. Y tampoco hay que olvidar el barrio de Amaoti
con la Iglesia de St Johannes, donde celebra la última misa de la mañana, a las
doce.
En todas hay que echar una mano y esta mano puede ser
construir, con un grupo de voluntarios, bancos y reclinatorios, como
carpintero, o salir corriendo al hospital de las Hijas de la Caridad
del Sagrado Corazón de Jesús, para atender a un moribundo.
También está a cargo de una ONG, la Ikhwezi Organisation Support, para ayudar en
la Casa Hogar que tienen para las víctimas del Sida, la gran
plaga de Sudáfrica.
En esta casa hogar – la misa aquí es por las tardes
– también se acoge a mujeres solteras con hijos y se echa una mano a quien lo
pide.
Este joven sacerdote ha logrado que una iglesia de hojalata, un
hogar de acogida, una escuela hayan cambiado la vida de sus feligreses.
La Obra de San Pedro Apóstol, con la campaña de vocaciones nativas que
se celebra el próximo 26 de abril, apoya económicamente a los 14.153
seminaristas africanos que en los próximos cuatro años se convertirán
en verdaderos sacerdotes “todo terreno”. Como Albert. (Más información y
donativos en www.vocacionesnativas.es).
Fuente: Obras Misionales Pontificias