El superior jesuita de Nepal, el padre Boniface Tigga ha solicitado ayuda para
atender a las personas refugiadas en los colegios y dependencias que la orden
tiene en el país asiático. En una comunicación enviada a toda la Compañía de
Jesús cuenta cómo 39 de los 75 distritos de Nepal han sufrido gravísimos daños.
Cuenta además que las cifras oficiales de muertos seguirán aumentando: “El
subdesarrollado sistema de comunicaciones de Nepal, y la falta de coordinación
del gobierno, es tal que nunca se informará de muchas muertes”. Relataba cómo,
al terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, ha seguido otros, como uno
de 6,6 el domingo y otro también muy intenso el lunes por la mañana.
“La
Compañía de Jesús en Nepal ha respondido con rapidez a esta terrible tragedia.
El St. Xavier’s College ha llegado hasta dos aldeas remotas del distrito de
Dhanding llevando a sus habitantes lonas bajo las que dormir y alimentos
básicos. Hay más material distribuyéndose en el distrito de Kavre. Muchas
carreteras están bloqueadas por lo que es difícil llegar a muchos lugares.
Esperamos alcanzar algunos pueblos a los que no ha llegado ayuda hasta ahora”,
cuenta el superior jesuita.
Cuenta
también cómo se ha dado mucha cobertura a las avalanchas en el campo base del
Everest, porque los extranjeros han podido enviar noticias e imágenes por las
redes sociales, pero que los que más han sufrido han sido los pobres de las
zonas rurales de los distritos que rodeaban el epicentro del
terremoto.
Señala
que los jesuitas de Nepal, junto a otras comunidades religiosas del Vicariato de
Nepal, han sido afortunados, al no sufrir ninguna pérdida de vidas o lesiones
graves. Se ha producido algún daño en los edificios. “Cuando el riesgo de
réplicas haya pasado, evaluaremos la situación, para asegurar la seguridad de
aquellos a quienes enseñamos y servimos. Los colegios y la universidad de St.
Xavier y el colegio de St. Mary han abierto sus instalaciones a cualquier
persona que busque refugio”.
Junto
a la comunicación del superior jesuita, el padre Agustín Amakkat, director del
Colegio St. Xavier de Katmandu, mandaba un breve mensaje: “Queridos hermanos,
muchas gracias por su apoyo en la oración. Hemos recibido un montón de llamadas
y correos electrónicos de la India. Muchas gracias. Estoy seguro de que todos
están recibiendo la amplia cobertura de noticias de lo que ha ocurrido en Nepal.
Sólo quiero que sepan que todos los misioneros están bien. Todas nuestras casas
e instituciones también están bien. Estábamos realizando un examen de acceso
cuando ocurrió el temblor y para los padres que estaban esperando a sus hijos
fue una pesadilla. Todos fueron evacuados sin ninguna lesión. Acabo de regresar
de una aldea remota después de entregar algo de comida y tiendas.
El padre Vijay
ha salido hacia otro distrito para lo mismo. Son tantas las personas afectadas
por el terremoto que uno no sabe por dónde empezar y cómo moverse. Por el
momento, varios grupos están intentando llegar a la mayor cantidad de personas
posible con material para refugiarse y comida, pero esto es sobre todo en
Katmandú. Según parece el gobierno está bastante desorganizado y confundido con
respecto a cómo llegar a las personas afectadas. Esperemos que algunos grupos
lleguen hasta las aldeas.
Mientras
volvía de la aldea he visto miles de personas que abandonaban el valle de
Katmandú en camiones, autobuses, jeeps, y algunos incluso andando. Esto explica
el miedo que tiene la gente a quedarse en Katmandú. Los temblores parecen haber
disminuido. No hemos tenido ninguno en las últimas 5 horas. La gente sigue
estando al aire libre. Todas nuestras instituciones han abierto sus
instalaciones al público.
Por
favor sigan rezando por el pueblo de Nepal y rueguen para que estos temblores se
terminen de una vez por todas”.
Fuente: OMPRESS