Una misa en memoria de las víctimas del terremoto ha sido celebrada por el
Vicario Apostólico de Nepal, el obispo católico Paul Simick: según lo informado
a la Agencia Fides, el prelado ha rezado por las víctimas e instado a los fieles
de Nepal a realizar «un esfuerzo de conforto y solidaridad, para mostrar el amor
misericordioso del Padre». El número de víctimas mortales podría alcanzar la
cifra de seis mil y decenas de miles de personas se han quedado sin hogar.
«La cifra de muertos sigue aumentando de manera constante»,
señala.« Ya van más de tres mil muertos, pero las estimaciones, considerando los
distritos afectados, podrían llegar a alcanzar las seis mil personas. Muchos
cuerpos están aún bajo los escombros y los equipos militares y de protección
civil participen plenamente en las operaciones de rescate. Se estima que
hay unos 5.000 heridos y miles de personas se han quedado sin hogar»,
dice el padre Pius.
«Hemos visitado los lugares afectados. En este momento Cáritas, que ya ha
lanzado un llamamiento internacional, está trabajando para proporcionar los
primeros auxilios a los supervivientes, como tiendas de campaña, agua y
comida. Nuestro trabajo también es el de animar a la gente»,
señala el sacerdote.
Zonas afectadas donde no se puede llegar
El director de Caritas continúa: «Las estimaciones sobre las víctimas y las
personas afectadas son todavía muy inciertas, ya que a muchas zonas
remotas afectadas por el terremoto, no se puede llegar. Todavía estamos
en una situación de emergencia», dice, añadiendo: «Me gustaría señalar que el
terremoto ha ocurrido durante el día y un día festivo, por lo que muchas de las
personas estaban fuera de casa; esto ha evitado un número aún mayor de
víctimas». Sin embargo, según UNICEF, ya son más de 900 mil los niños
nepaleses que necesitan urgentemente asistencia humanitaria.
Muchos templos hindúes y monasterios budistas se han visto
dañados. En Katmandú, un templo protestante se ha derrumbado,
provocando la muerte de 70 fieles en su interior. Según la información
de la Agencia Fides, las iglesias, escuelas y estructuras católicas no han
sufrido daños graves.