Cientos de fieles se reunían el sábado en Nyeri, a 150 kilómetros al
norte de Nairobi, la capital de Kenia, para la ceremonia de beatificación de la
religiosa italiana Irene Stefani, fallecida en el país africano en 1930.
Con 19
años de edad abandonó su pueblo de Anfo, en la provincia italiana de Brescia,
donde ya era conocida como “el ángel de los pobres”, para unirse a las
Misioneras de la Consolata en Turín, acogida por el mismo fundador José
Allamano.
Se
desplegaron más de mil policías en Nyeri para guiar a los fieles hasta el campus
universitario, en la parte alta de la población, donde la ceremonia se llevó a
cabo. El presidente de Kenia, Uhura Kenyatta, elogió la “dedicación
desinteresada a la población” de la religiosa: “su compasión era ilimitada,
ignorando razas y clases”.
El
domingo, con las reliquias de la religiosa en la catedral de Nyeri – llevadas en
procesión durante siete kilómetros desde la misión de Mathari –, tuvo lugar una
multitudinaria misa de acción de gracias por la beatificación.
La
mayor parte de los periódicos del fin de semana mostraron el retrato de Irene
Stefani con titulares como “Hacia la santidad”, adelantando la posible
canonización de la ya beata. Y es que esta ceremonia de beatificación es la
primera que tiene lugar en territorio de Kenia. Dada la calidad moral y
religiosa de muchos misioneros y de los fieles y del clero autóctono, seguro que
no será la última.
Fuente: OMPRESS-KENIA