Derriban dos basílicas
dedicadas a la Virgen “porque tenían demasiadas cruces”
Un obispo y cuatro sacerdotes chinos, pertenecientes a la llamada
“iglesia clandestina”, no reconocida por el Gobierno, han sido detenidos en
China, con el fin de “reeducarlos”. Los sacerdotes fueron
obligados a pertenecer a la Asociación Patriótica, creada y controlada por el
gobierno comunista.
Estas detenciones o “desapariciones” se han realizado
después de que el gobierno de Pekín firmara con la Santa Sede un Acuerdo
Provisional para el nombramiento de obispos.
El obispo
detenido, el viernes pasado, es Mons. Pedro Shao Zhumin, de 55 años, que
durante dos semanas será alejado de su diócesis de Wenzhou (Zhejiang) e
interrogado acerca de sus actividades y las de la iglesia clandestina. El
obispo ya fue detenido e interrogado cinco veces en los últimos dos años. Los
interrogatorios por lo general son de adoctrinamiento. Además, las autoridades
chinas quieren que el obispo se someta al plan religioso chino de sinificación.
Los cuatro
sacerdotes detenidos por las autoridades gubernativas chinas son: Zhang Guilin
y Wang Zhong, de la Diócesis de Chongli-Xiwanzi, y Su Guipeng y Zhao He, de la
Diócesis de Xuanhua. No se sabe nada de ellos y se supone que estarán
recibiendo un lavado de cerebro en favor de la obediencia al gobierno.
Según la
agencia Asia News, el gobierno chino
ha intensificado su control y persecución de los cristianos y los católicos en
particular. Por eso los católicos chinos piden que todos los católicos del
mundo que recen por ellos, sus obispos y sus sacerdotes. También hay
restricciones entre sacerdotes pertenecientes a la Asociación Patriótica
controlada por el gobierno.
Dos templos destruidos
Por otro lado, y según la misma agencia, las autoridades chinas
han decidido derribar a dos templos dedicados a la Virgen María, porque tenían
“demasiadas cruces”, lo que va en contra de la “sinificación”
de toda religión dentro de la República Popular China. Un santuario es el
dedicado a Los Siete Dolores de Nuestra Señora en Dongergou (Shanxi) y el otro
es la basílica de Nuestra Señora de la Felicidad, también conocida como Nuestra
Señora de la Montaña, en Anlong (Guizhou).
Los dos
templos hoy destruidos eran utilizados tanto por los católicos subterráneos o
clandestinos, como por los oficiales. Según los católicos chinos esto no es más
que una muestra de que el Acuerdo Provisional con el Vaticano no significa una
mayor libertad para los católicos, por el momento.
El crecimiento
de los católicos y cristianos en general preocupa al gobierno de Pekín y ha
vuelto a la época de destruir cruces, templos y símbolos cristianos. Las
autoridades ya derribaron en enero un gran templo Evangelista.
Los cristianos
–y los católicos en particular—aumentan en número en la China comunista, igual
que aumenta el capitalismo. Lo que pretende el gobierno chino es controlar a la
Iglesia de China, como todo lo que se mueve en la sociedad china, y eliminar
injerencias extranjeras en el pueblo.
Salvador Aragonés
Fuente: Aleteia