“Estamos
tristes por el asesinato del padre Njorog, el asesinato de los siervos del
Señor es inaceptable”, ha declarado el padre Francis Kiarie
Se
trata del padre John Njoroge Muhia, de 56 años, párroco de la parroquia de
Kinoo en Kiambu, perteneciente a la archidiócesis de la capital del país,
Nairobi.
En
la mañana del pasado 10 de diciembre, el padre keniano John Njoroge Muhia se
dirigía con su automóvil a una sucursal bancaria en la ciudad de Kikuyu para
ingresar el dinero de las ofrendas de los fieles, cuando se le acercaron cuatro
asaltantes motorizados.
Los delincuentes bloquearon el vehículo del sacerdote en una carretera llena de baches, lo obligaron a detenerse y le exigieron que entregara la bolsa con la recaudación.
Los delincuentes bloquearon el vehículo del sacerdote en una carretera llena de baches, lo obligaron a detenerse y le exigieron que entregara la bolsa con la recaudación.
Ante
la negativa del sacerdote a bajarse del vehículo, uno de los ladrones sacó un
arma y disparó a través de la ventana delantera. La bala alcanzó el pecho del
padre Njoroge. Los ladrones se llevaron el dinero, un teléfono y escaparon.
Ante
lo sucedido, un testigo presencial asegura que escuchó los disparos y vio dos
motocicletas huyendo a gran velocidad. El padre Njoroge fue llevado inmediatamente
al hospital más cercano pero no se puedo hacer nada por salvar su vida.
“Estamos tristes por el asesinato del padre Njorog, el asesinato de los siervos del Señor es inaceptable”, ha declarado el padre Francis Kiarie, quien trabajó junto con el padre Njoroge en el país africano.
“Estamos tristes por el asesinato del padre Njorog, el asesinato de los siervos del Señor es inaceptable”, ha declarado el padre Francis Kiarie, quien trabajó junto con el padre Njoroge en el país africano.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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