Mons.
Sipuka reconoció el importante papel del clero y los religiosos en su sociedad
y alentó a las acciones que promueven medidas preventivas contra la propagación
del coronavirus
Mientras los sudafricanos continúan en
cuarentena nacional de 21 días para controlar la propagación de COVID-19, el
Obispo de Mthatha ha pedido al clero y a los religiosos que consideren hacer
sacrificios que incluyan donaciones de sus propias reservas de alimentos para
ayudar a las personas afectadas por la orden de quedarse en casa.
“Será
necesario continuar con fuerza con el programa de alimentos para los
hambrientos. Posiblemente esta situación nos pida como clero compartir nuestra
propia comida porque los recursos de los fieles no serán suficientes”, escribió
Mons. Sithembele Sipuka en su boletín mensual.
El
primer vicepresidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y
Madagascar (SECAM), Mons. Sipuka, indicó que su corazón está con las personas
que viven del día a día, “vendiendo y haciendo trabajos a destajo”, y que se
ven afectadas por esta cuarentena, al no poder trabajar y no tener medios para
mantenerse.
El
Prelado reflexionó sobre la vulnerabilidad de las personas que viven en
situaciones precarias, familias que no tienen el espacio suficiente para
mantener la distancia social, y alertó que si una de ellas llega a infectarse
será difícil “no tener una infección en serie”.
Desde su punto de vista, “hay una razón
para estar preocupado y asustado porque una vez que esta pandemia golpea áreas
pobres, diezmara a un gran número de personas, ¡será una plaga! Con un número
diario cada vez mayor de infectados, es preocupante que las infecciones ahora
provengan desde las mismas comunidades”.
Mons. Sipuka imploró rezar “a Dios para que
la cuarentena traiga el efecto deseado y la gente pueda continuar ganándose la
vida”.
El número de casos confirmados de COVID-19
en Sudáfrica sigue siendo el más alto en el continente, al menos 1.462 casos
hasta el jueves 2 de abril como anunció el ministro de Salud Zweli Mkhize, y la
orden de permanecer en las casas parece estar funcionando.
“Incluso con ese aumento en los casos, hemos
notado una disminución en los números, lo que creemos es un impacto de la
cuarentena”, indicó el ministro de Salud de Sudáfrica. “El hecho de que las
personas están en sus hogares significa que no hay conglomeraciones masivas de
personas”.
Mons. Sipuka reconoció el importante papel
del clero y los religiosos en su sociedad y alentó a las acciones que promueven
medidas preventivas contra la propagación del coronavirus.
“Como personas de influencia, debemos
usarla para unir fuerzas y alentar a las personas a adoptar medidas preventivas
y evitar comportamientos que alimenten la propagación. China, el país donde se
considera que la enfermedad se originó está casi libre de ella ahora, gracias
en gran medida a las medidas preventivas”, aconsejó Mons. Sipuka.
Además, el Prelado animó a confiar en la
presencia de Dios en medio de los tiempos difíciles e indicó que no sabemos
porqué se inició la crisis, “pero lo que sabemos es que Dios sufre con nosotros
y nos convierte en sus colaboradores para responder a situaciones de
sufrimiento”.
El período de COVID-19 “se puede utilizar
para la reflexión, la oración, el examen de conciencia, para leer los libros
que uno ha postergado leer, para descansar y, sobre todo, para unirse a este
dolor y ansiedad global en la oración”, sugirió.
Haciendo referencia a la reflexión de la
monja nigeriana, sor Theresa Okure, sobre cómo ser Iglesia frente a COVID-19,
Mons. Sipuka ha alentado a las familias “a mantenerse en contacto a través del
teléfono celular y WhatsApp para participar en misas en vivo y hacer las
actividades sugeridas de Semana Santa en casa”.
“De esta manera, esta pandemia será una
ayuda providencial para que las familias recen juntas y los padres tendrán
tiempo para sus hijos y asumirán la responsabilidad dada por Dios de
acompañarlos durante la adoración y explicarles las diferentes partes en su
adoración dominical y quizás en todas sus oraciones”, reflexionó Mons. Sipuka.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki.
Publicado originalmente en ACI
África.
Fuente: ACI