María de Jesús Misericordioso Zhang se convirtió en 2007 con
su familia
En esta ocasión fue la hija la que acompañó a su madre hasta el
altar
/ Salamanca al Día
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La
universalidad de la Iglesia y la potente acción del Espíritu Santo se
manifiestan claramente en la vida de María Zhang, una mujer china conversa en 2007, viuda y madre
de cinco hijos que acaba de profesar los votos perpetuos como misionera
agustina recoleta en un convento de Salamanca.
Pero esta historia todavía tiene un punto más:
todos sus hijos una vez convertidos al catolicismo han descubierto la vocación
religiosa, concretamente bajo este carisma agustino. Su hija María Sun Shen realizó sus votos perpetuos en España en
2018, mientras que sus otras tres hijas son religiosas en China y su hijo
es igualmente religioso agustino.
Hace cinco años esta mujer llegaba a España
acompañada por un religioso agustino para ingresar en este convento y seguir
los pasos de su hija, ya religiosa en España. Y fue el pasado 7 de junio cuando
en el convento de Santo Toribio en la localidad salmantina de Vitigundino profesaba sus votos perpetuos de
castidad, pobreza y obediencia.
Su nombre religioso es ahora María de Jesús Misericordioso
Zhang. Debido a las medidas de seguridad e higiene provocadas por la
pandemia de coronavirus tan sólo pudieron acompañar a esta religiosa quince
personas. Entre ellas no podía faltar su hija, María Sun Shen, que realizó este
mismo rito hace dos años y que llegó proveniente del convento de Pizarrales.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia se
produjo cuando madre e hija, y ahora ambas monjas, interpretaron una canción de origen chino, que
emocionó a las pocas personas que pudieron estar presentes en la ceremonia.
En ella, María firmó en el libro del convento para
rubricar como mujer su compromiso espiritual con Dios para emprender el
camino místico, jurando los votos de castidad, pobreza y obediencia “por 1.000 años”.
En este convento de Santo Toribio viven en estos momentos 12
religiosas contemplativas. Además de españolas hay representantes de China,
Perú, Venezuela y Tanzania.
Una familia de conversión
reciente
Según destaca la Orden, lo que resulta más
sorprendente de la historia es que ninguno de ellos era católico hasta hace
pocos años.
María Zhang y su familia eran una familia normal procedente de la ciudad
china de Cangzhou (Hebei) aunque residían en Shangqiú. Todo lo normal
en una China comunista y con la política de hijo único, cuando esta familia
estaba conformado por cinco hijos, cuatro de ellas chicas.
Pero lo más llamativo es que esta familia no era
católica. Sin embargo, a raíz de una grave enfermedad, Zhang tuvo una fuerte experiencia
espiritual influida por una hermana que sí era católica. Fue por ello
por lo que empezó a ir a la iglesia.
Tal y como explicaba la propia orden agustina, “su recorrido concluyó, como en
los Hechos de los Apóstoles, con el bautismo de toda la familia".
De este modo, las cinco mujeres de la familia, la madre y las cuatro hijas se
bautizaron el 1 de julio de 2007 tomando los nombres de María, la
madre; y María del Sagrado Corazón, María Faustina, Trinidad María Nieves y
Teresa de Jesús.
Por su parte, el padre y el hijo se bautizaron en la Navidad de ese mismo año.
Este profundo encuentro con Cristo tocó a la
familia. Al poco tiempo, las
hijas encaminaron sus pasos hacia la vida religiosa y pidieron ser
admitidas entre las misioneras agustinas recoletas, en la misma casa madre de Shangqiú,
la ciudad donde vivían y en la que la orden había comenzado su andadura en
1931.
Por su parte, Zhang YueChun se entregó al
apostolado, sobre todo, al quedar viuda en el año 2008. Y fue más adelante cuando ella
misma sintió también la llamada a la vida religiosa.
Los agustinos recoletos en China
La historia de la misión de los agustinos recoletos
en China se desarrolla, sobre todo, en Kweiteh, hoy llamada Shangqiu, en la
China central, al sur de Pekín. El primer superior de Kweiteh fue Francisco Javier Ochoa que
llegó junto a los primeros misioneros en 1924, según explica Obras Misionales
Pontificias (OMP).
Comenzaron el aprendizaje del chino y se
establecieron dentro de la muralla interior de Kweiteh donde inauguraron la
Santa Infancia -la actual Obra Pontificia de la Infancia Misionera- para
recoger niñas abandonadas en un hogar. En 1929, Pío XI erige la prefectura apostólica de Kweiteh y nombra
a Ochoa prefecto apostólico siendo consagrado obispo.
A continuación, se funda el seminario y la casa de
las religiosas agustinas recoletas y florecen las vocaciones pero, tras medio
siglo XX de guerras civiles e invasiones que sufrió la misión como el resto de
China, el gobierno comunista, en 1951, expulsó a los misioneros españoles, incluido el obispo.
Nueve religiosos agustinos recoletos chinos se
quedaron tras el cierre de las fronteras de la República Popular China. Aún
así, según cuentan los propios agustinos recoletos, como cada cristiano se
convirtió en un misionero, hubo
entre 6.000 y 7.000 nuevas conversiones al catolicismo.
Treinta años después, en 1980, el vicario de los Agustinos
Recoletos en Filipinas recibió una misiva desde la República Popular de Nicolás
Shi, uno de los recoletos supervivientes y en 1987 los edificios de la
antigua misión fueron restituidos a la Iglesia Católica y poco a poco, la
misión vivió "su segunda primavera", ahora con el nombre de Shangqiu.
J. Lozano
Fuente: ReL