El sacerdote explicó que “los terroristas utilizan a los niños para entrenarlos y adherirlos a sus filas, mientras que a las niñas las violan y las convierten en sus esposas. A algunas, cuando ya no les interesan, las echan”
Habitantes de Mozambique, Cabo Delgado. |
El P. Kwiriwi Fonseca denunció que los terroristas yihadistas no
solo causan la muerte y desplazamiento de miles de personas en Mozambique, sino
también secuestran cientos de niños para forzar a tomar las armas a los varones
y casar y violar a las niñas.
El P. Fonseca sirve como sacerdote en Pemba, capital de la
provincia Cabo Delgado (Mozambique). Además, es el responsable diocesano de las
comunicaciones. La región de Cabo Delgado sufre la presión de grupos armados
ligados al Estado Islámico (ISIS) desde el año 2017.
El sacerdote dijo a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia
Necesitada (ACN) que tras los ataques terroristas en Cabo Delgado en 2017, los
yihadistas han dejado más de 2.500 muertos y más de 750 mil desplazados, y
continúan secuestrando a un gran número de personas, sobre todo menores de
edad.
La fundación pontificia señaló que si bien “no hay estadísticas
oficiales al respecto”, el P. Fonseca afirmó que “si contamos todos los pueblos
donde ha habido secuestros”, “podemos hablar de cientos” de personas
secuestradas.
El sacerdote explicó que “los terroristas utilizan a los niños
para entrenarlos y adherirlos a sus filas, mientras que a las niñas las violan
y las convierten en sus esposas. A algunas, cuando ya no les interesan, las
echan”.
El P. Fonseca “mantiene contacto con decenas de víctimas
desplazadas por la violencia terrorista y está en permanente comunicación con
otros sacerdotes y religiosas de la provincia de Cabo Delgado”, indicó ACN.
Señaló que una de las víctimas que lo alertó de esta dramática
realidad fue la hermana Eliane da Costa, religiosa brasileña de la Congregación
de San José de Chambéry, que fue raptada cuando los terroristas tomaron la
ciudad de Mocímboa da Praia, en agosto de 2020. Los yihadistas también raptaron
a otra religiosa de su congregación, la hermana Inés Ramos, y a decenas de
personas.
“La hermana Eliane pasó 24 días entre los terroristas, en el
monte, y me pidió: ‘Padre Fonseca, no se olvide de las personas raptadas, sobre
todo de los niños y adolescentes que son entrenados para ser terroristas’”,
relató el sacerdote.
El sacerdote dijo que otra de las víctimas con la que también
mantiene contacto es la señora Mina, una mujer que presenció el asesinato de su
esposo y su hermano, y sufre por el secuestro de sus tres hijos menores de edad
a manos de los terroristas.
El ataque ocurrió en Mucojo, un puesto administrativo costero del
distrito de Macomia. El sacerdote relató que cinco terroristas de Al-Shabaab
aparecieron en Mucojo y al encontrar a Mina y su familia, anunciaron que
raptarían a sus hijos de 14, 12 y 10 años.
El sacerdote dijo que luego “ataron al marido y al hermano e
insistieron en que la mujer se fuera porque iban a matarlos”, pero como “ella
se negó”, presenció el homicidio junto a su hija de entonces 2 o 3 años. “Hoy
día, esta niña continúa asustada e insiste en que vuelvan a la aldea para ver a
su padre. Ella presenció toda la escena”, agregó.
ACN señaló que para el P. Fonseca no hay duda de “que estos chicos
están siendo sometidos a procesos de radicalización para ser incorporados a las
filas terroristas”.
“Creo que la radicalización es el objetivo. Estamos hablando de
jóvenes y niños que dejaron sus casas el año pasado o el anterior. Es un largo
tiempo en contacto con el mal y uno acaba asimilando el mal. La interacción con
ellos puede convertirlos en el peor tipo de terroristas”, dijo.
Por Cynthia
Pérez
Fuente: ACI Prensa