Las Obras Misionales Pontificias nos envían esta noticia tan hermosa de cómo colaboran los niños de Infancia Misionera con otros niños más necesitados.
Alejandra Rubio
es una niña madrileña de 9 años. Simran Samaden tiene un año más, y viven en
Harasamara, India. Aunque no se conocen, están unidas por un lazo de amistad
forjado a través de la Infancia Misionera. El año pasado, desde España se
enviaron 2.387.193,52 euros a proyectos dedicados los niños. ¿Cómo se canaliza
este dinero? ¿Qué trayectoria recorre el euro que un niño da en la parroquia
hasta que llega a un niño de la India? Acompañemos a este euro, para descubrir
si de verdad llega a su destino.
Alejandra es de Madrid y tiene 9 años. En el colegio
Cristo Rey de Madrid han hablado mucho de la Infancia Misionera. "En
clase coloreamos la hucha y metemos dinero para los pobres", afirma
refiriéndose a la "hucha del compartir", una cajita de cartón con
forma de casa fabricada por cada niño. "Me da pena que otros niños no
tengan nada", afirma su hermano Óscar, de 6 años. Su aportación va más
allá de lo material: no sólo dan euros, sino sobre todo oraciones. "Cuando
rezo, pido por mi familia, mis amigos y por los niños que no tienen tantas
cosas como yo", afirma la niña.
Las oraciones van directamente al cielo, pero ¿qué
pasa con los euros? El colegio los entrega íntegramente a la Delegación de
Misiones de su Diócesis. "Los colegios hacen un ingreso en nuestra cuenta,
aunque a veces vamos con el coche a recoger las aportaciones, o nos la traen en
metálico a la oficina", afirma Josefa Ledo López, secretaria de la
Delegación de Misiones de Ourense desde hace 36 años. Una vez que han recaudado
todo, desde las Diócesis hacen un ingreso a la Dirección Nacional de Obras
Misionales Pontificias. "Para nosotros, la tarea principal es la animación
misionera, más allá de lo económico", concluye tras contar todo lo organizado
por ellos en esta semana de la Infancia Misionera, con iniciativas tales como
cuentacuentos.
"Cuando llega el dinero a nuestra cuenta,
informamos a Roma, porque nosotros no tenemos autoridad para decidir a qué
proyecto debe ir destinado", afirma Isabel Santiago, del departamento de
administración de Obras Misionales Pontificias España.
Baptistine Ralamboarisom, secretaria general de
Infancia Misionera, y su equipo, reciben al año 4.000 peticiones de ayuda de
todo el mundo, a través de informes de los obispos y responsables. Su trabajo
consiste en seleccionar los proyectos y elaborar un dossier con los casos más
urgentes, para presentarlos a la Asamblea General de Obras Misionales
Pontificias que se reúnen en Roma dos veces al año. "El dinero es para las
necesidades directas de los pequeños, no para los adultos que se ocupan de
ellos", afirma esta malgache de 61 años. Las ayudas se dividen en dos
grandes bloques: ordinarias -para la animación pastoral- y extraordinarias
-para proyectos concretos-. "Infancia Misionera no es una obra social, es
una obra de evangelización", apostilla Baptistine y afirma que los niños
hacen mucho con sus oraciones.
Cuando la Asamblea de los directores de OMP decide la
distribución de las ayudas, se reparten los proyectos por países. De esta
forma, a España se le da la orden de mandar el dinero recaudado a determinados
proyectos. Por ejemplo, en el 2012, España no mandó dinero a Albania, pero eso
no quiere decir que Infancia Misionera Internacional no haya ayudado a ningún
proyecto albanés. De hecho, el año pasado se enviaron 57.000 dólares a este
país. Es, simplemente que, en este año, a España no se le adjudicó ningún
proyecto en ese país en concreto.
Desde la Secretaría General, se da la orden a cada
país de financiar unos proyectos concretos. Cuando ya se conocen esos
proyectos, OMP España hace la transferencia estipulada a cada uno de ellos.
"Después de la Asamblea General, nos llegan unas órdenes de Roma",
afirma Alicia Aguilar, del departamento de administración. "Nosotros
hacemos los ingresos a través del IOR (el banco del Vaticano), y así nos
aseguramos de que llegue a las Nunciaturas".
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Simran Samaden, en el patio de su colegio |
Y de la Nunciatura, al destino final. "La
secretaria de nuestro colegio nos ha dicho que estáis sosteniendo
económicamente la renovación de nuestra escuela, que está en muy malas
condiciones", afirma Simran Samaden, una niña de 10 años de Harasmara de
la India, en una carta a la revista Gesto. "Como el suelo está lleno de
barro, los niños tenemos dificultad en sentarnos porque no tenemos sillas ni
mesas -continúa esta estudiante-. Las ventanas y puertas están rotas. Las
vacas, cabras, y a veces los borrachos entran en la escuela fuera del horario
escolar y al día siguiente, tenemos que limpiar el suelo". Rosan Tirkey,
de un año menos afirma que se siente muy querido por los niños españoles.
"Rezo por los niños de España, que nos están ayudando generosamente".
Y así es cómo llega el euro de una niña de Madrid a una niña de India.
Esta red de solidaridad cumple 170 años, fomentando la
dimensión misionera de los más pequeños. El próximo 27 de enero todos los niños
españoles tienen una cita con la Jornada de la Infancia Misionera, que
culminará con la celebración de la Santa Misa en el Colegio Santísimo
Sacramento de Madrid (Arturo Soria, 208), que será retransmitida por La 2 de
Televisión Española a las 10:30. También se puede colaborar, en cualquier
momento, a través de la página web de OMP.