Te mando un afectuoso saludo desde Santiago de Chile. Me dio mucho gusto
conocerte junto con mi hermano cuando fuimos al obispado. Te agradezco la labor callada pero fructuosa de dar a conocer la pastoral
de los segovianos en diferentes partes del mundo. Hace tiempo que tenía pensado
escribirte para compartir brevemente mi actividad pastoral. Por mi parte te
cuento un poco lo que hago.
Soy Legionario de Cristo desde los 13 años que entré al Seminario en
Ontaneda (Santander). Este año cumplo 50 de edad y 19 de sacerdote. Soy feliz
con mi vocación y nunca dejaré de agradecer a Dios este don maravilloso e
inmerecido. He trabajado en España, Italia y México. Ahora en Chile desde hace
casi 9 años. Somos 9 hermanos, todos segovianos. Uno de ellos también sacerdote
legionario que trabaja en Florencia.
Mi labor sacerdotal tiene dos vertientes. Por un lado dirijo la pastoral de los jóvenes universitarios que pertenecen a nuestro Movimiento Regnum Christi. Son unos 150 jóvenes que participan regularmente en formación, retiros, orientación espiritual y sobre todo muchos apostolados con gente de escasos recursos.
Por otra parte llevo adelante algunas obras sociales católicas con estos
universitarios. Por ejemplo damos clases de reforzamiento escolar en poblaciones
vulnerables. Todas las semanas llevamos cenas calientes y compañía a vagabundos.
Organizamos fiestas y pasatiempos a niños enfermos. Hacemos varias misiones
evangelizadoras a lo largo del año. Etc. Etc.
Pero el apostolado más grande en el que colaboro como capellán, es la
construcción de capillas en zonas rurales. En lugares recónditos a lo largo de
este país (y digo largo con conocimiento de causa pues Chile es literalmente
largo…) llegamos con los universitarios para levantar estas capillas. Son
sencillas, pero hermosas y bien construidas. Los mismos jóvenes las han diseñado
y ellos las construyen. Hemos hecho ya más de 90. Tienen una capacidad de unas
40 personas y están destinadas a parajes donde no hay iglesias y las comunidades
celebran los sacramentos en casas o en sedes sociales. El nombre de este
apostolado no sonará muy bien en España y lo entiendo. Se llama “Cruzada”. No
tiene ninguna connotación agresiva ni mucho menos, pero sí conquistadora de
almas y recuperación pacífica del catolicismo donde las sectas van ganando
terreno. Junto con la construcción va la misión puerta a puerta, donde
compartimos la fe de nuestros jóvenes con la gente de los pueblos. Nuestro mayor
impacto es la alegría de vivir una fe plena y joven.
Estamos preparando la próxima construcción para el mes de julio. Si Dios
quiere dejaremos 8 capillas un una zona rural a cinco horas al norte de
Santiago. Se llama Combarbalá. Con 250 jóvenes, en su semana de vacaciones de
invierno (aquí es hemisferio sur), dejaremos listas las capillas. Ahora estamos
trabajando intensamente para recaudar los fondos. Los mismos universitarios
organizan cenas benéficas, piden dinero en los semáforos, realizan actividades
variadas para la consecución de los recursos necesarios. Mando alguna fotografía
de la construcción del año pasado, a la vez que me atrevo a solicitar ayuda por
si alguien quisiera cooperar. El valor de cada capilla es de unos 2.500
euros.
Cuento con las oraciones de tantos segovianos por los misioneros que lejos
del acueducto, de Cándido y del alcázar, nos encontramos por todo el mundo
aportando todo nuestro esfuerzo por hacer crecer el evangelio. Un abrazo de
corazón.
Pablo de Juan, LC