"Para que, ante las desigualdades sociales, los cristianos de América
Latina den testimonio de amor a los pobres y contribuyan a una sociedad más
fraterna", es la intención misionera o por la evangelización que propone el Papa
Francisco para el mes de julio.
Precisamente
en estos días de julio tendrá lugar la visita del Papa a Ecuador, Bolivia y
Paraguay, a cuya población enviaba un vídeo mensaje con un saludo lleno de
cariño antes de pisar de nuevo su querida tierra americana:
“Queridos
hermanos y hermanas de Ecuador, Bolivia y Paraguay: Falta poco para el viaje.
Con este saludo previo quisiera expresar mi cercanía, mi simpatía, mi buena
voluntad. Mi deseo es estar con ustedes, compartir sus preocupaciones,
manifestarles mi afecto y cercanía y alegrarme con ustedes también.
Quiero
ser testigo de esta alegría del Evangelio y llevarles la ternura y la caricia de
Dios, nuestro Padre, especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos,
a los enfermos, a los encarcelados, a los pobres, a los que son víctimas de esta
cultura del descarte. El amor del Padre tan misericordioso nos permite sin
medida descubrir el rostro de su Hijo Jesús en cada hermano, en cada hermana
nuestra, en el prójimo. Solamente es necesario aproximarse, hacerse prójimo.
Como Jesús le dijo a aquel joven doctor de la ley cuando le preguntó: ¿Quién es
mi prójimo? Hacer lo que hizo el buen samaritano, andar y hacer lo mismo,
acercarte, no pases de largo.
En
este viaje visitaré tres naciones hermanas en esas tierras del Continente
americano. La fe que todos nosotros compartimos es fuente de fraternidad y
solidaridad, construye pueblos, forma familia de familias, fomenta la concordia
y alienta el deseo y el compromiso por la paz.
En
estos días previos a nuestro encuentro, doy gracias a Dios por ustedes, y pido
que sean perseverantes en la fe, que tengan el fuego del amor, de la caridad y
que se mantengan firmes en la esperanza que nunca defrauda. Les ruego que unan
sus oraciones a las mías para que el anuncio del Evangelio llegue a las
periferias más alejadas y siga haciendo que los valores del Reino de Dios sean
fermento de la tierra también en nuestros días.
Que
la Virgen Santa los cuide, como Madre de América, los cuide y que el Señor los
bendiga. Muchas gracias, hasta prontito y, por favor, no se olviden de rezar por
mí”.
Fuente: OMPRESS