El cardenal Jorge Urosa
ordenó siete nuevos sacerdotes para trabajar con los más necesitados y
olvidados de Caracas
La
iglesia católica no deja de ser un signo de esperanza para todos los
ciudadanos, especialmente entre los más pobres y necesitados de Venezuela. A
pesar de la crisis social, política y las diferentes formas
de asedio sufridas durante casi 19 años por parte del régimen
socialista: amenazas, impedimentos a Cáritas para el ingreso de ayudas, robos
en templos y capillas, entre otros, el mensaje por un futuro mejor y el
accionar piadoso y caritativo de la iglesia siguen vivos y más comprometidos
que nunca.
Así
quedó demostrado este 22 de julio, cuando fueron ordenados siete nuevos
presbíteros en Caracas: Gabriel Crespo, Humberto Figueroa, Luis García,
Alejandro Keri, Mario Mardueño, Miguel Ángel Morales, y Jesús Sánchez,
procedentes de las parroquias y zonas pastorales más carenciadas de la capital
venezolana.
“Estas
ordenaciones son un signo de lo que Dios quiere para Venezuela que es la
reconciliación entre compatriotas. Es un llamado a no desmayar en la búsqueda
de la paz y tranquilidad para el país”, dijo Sofía Negreda, una creyente que se
dio cita en la iglesia “Nuestra Señora de Chiquinquirá”, en Caracas, este 22 de
julio.
La
alegría de estas nuevas ordenaciones también fue compartida por el cardenal
Urosa y sus obispos auxiliares, junto al cardenal Baltazar Enrique Porras
Cardozo, arzobispo de Mérida, y monseñor Raúl Biord Castillo, obispo de La
Guaira. Urosa y Porras se formaron juntos y están por celebrar cincuenta años
de ordenación sacerdotal. Luego de muchos años, saben que la nueva simiente de
pastores debe estar comprometida, no solo con Dios y las autoridades
religiosas, sino con los más pobres y olvidados.
De
allí que el primer llamado de Urosa Savino para los nuevos sacerdotes fue a ser
hombres santos. “El sacerdote debe ser un dechado de santidad”, dijo. Este
aspecto, a semejanza de Jesucristo, debe motivar al sacerdote a tener un
corazón lleno de amor a Dios y estar al servicio del prójimo, sostuvo el
Primado de Caracas.
“La
gente espera, con sobrado derecho y razón, que el sacerdote sea ‘un hombre de
Dios’, y por ello, debe ser una persona amable, buena, generosa, educada,
cortés, caritativo y servicial que acoja con bondad y afecto a todos,
especialmente a los pobres y necesitados”, describió en el templo más grande de
la metrópolis.
¿Debe tener un sacerdote
su corazón en la bóveda de un banco?
“La
identificación con Jesús nos lleva también a tener una actitud de pobreza
evangélica”, expresó dirigiéndose no solo a los nuevos sacerdotes sino a todo
el presbiterio caraqueño. “Aunque no tengamos el voto de pobreza, los
sacerdotes diocesanos estamos llamados a imitar al Señor, quien siendo rico se
hizo pobre”, aseguró sostenido en una cita del libro Hechos de los Apóstoles.
“Hemos
de tener nuestro tesoro no en las bóvedas de un banco, sino en el cielo, porque
donde está nuestro tesoro allí estará nuestro corazón”, dijo el arzobispo de
Caracas. Añadió que “la generosidad, el desinterés, el desprendimiento, la
indiferencia ante las cosas materiales, nos asemejan a Jesús, y nos
liberan de la esclavitud del dinero, de la tentación el becerro de oro”. Acotó
que estando libres de la ambición y la codicia, se puede “tener un corazón
libre para servir a los pobres”.
El
cardenal Urosa recordó que la Iglesia de Caracas está constituida mayormente
por hermanos poco pudientes, por gente necesitada y comunidades muy pobres en
las barriadas populares. “A ellos debemos atenderlos con cariño, con gran ardor
apostólico, con generosidad, para llevarles el anuncio del Evangelio, como lo
hizo el Señor, el Mesías, que evangelizó a los pobres”, señaló.
El Vaticano está atento
En
otro orden de ideas, el arzobispo de Caracas acerca de la Asamblea
Constituyente, expresó que “el pueblo venezolano lo que quiere es bienestar,
paz, reconciliación y entendimiento, eso es lo que el Gobierno debería
promover, no la división, discordia, escasez, carestía e inseguridad que es lo
que estamos viviendo en el país”.
Indicó
que en el país no hay ninguna soberanía alimentaria. “Aquí lo que hay es una
incapacidad del Gobierno de asegurarle la comida al pueblo venezolano”. Pero
también está “el problema de la salud que hay en los hospitales”; además de
“los asesinatos y secuestros que está sufriendo el pueblo de Venezuela”.
Este
domingo 23 de julio, durante su intervención en un canal de televisión de
Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, reveló que “el Vaticano está a la
orden cuando se den las condiciones claras y garantías seguras para que se haga
una buena negociación que resuelva esta crisis política, social y económica del
pueblo venezolano”.
Ramón Antonio Pérez
Aleteia Venezuela