Un misionero español ante la visita del Papa que comienza mañana
"En
Myanmar no se permite la presencia de misioneros extranjeros" "El
cardenal va teniendo poco a poco más libertad para hablar en
público" "La Iglesia está haciendo muchísimo esfuerzo para que
los fieles puedan asistir a los actos" "Los monjes budistas han
ofrecido sus instalaciones para acoger a peregrinos"
Mañana,
lunes 27, el Papa Francisco visitará Myanmar y Bangladesh, en el que es su
cuarto viaje apostólico al continente asiático. Dos países con realidades muy
diferentes, donde hay misioneros españoles entregando la vida. Obras Misionales
Pontificias (OMP) entrevista a uno de ellos, que no puede revelar su identidad
para no poner en peligro su misión en Myanmar. Desde allí, este misionero
explica cuál es el papel de la Iglesia católica en el país.
El Papa va a visitar un
país mayoritariamente budista. ¿En Myanmar hay espacio para otras religiones?
Sí,
oficialmente sí hay espacio para otras religiones. Como dices, la mayoría es
budista (87,9%), pero también hay cristianos (6,2%) -en general de etnias
minoritarias del país-, musulmanes (4,3%), hindúes (0,5%) y animistas (0,8%).
El 0,2% profesa otra religión diferente a las contempladas, y solo un 0,1%
declara que no tiene religión. En Myanmar hay libertad de culto: si vas por el
centro de Yangón, se ven celebraciones de diferentes religiones. En cuanto a la
Iglesia católica, oficialmente hay 16 diócesis, y somos casi 700.000 católicos.
Otra
cosa es las oportunidades que se tienen dentro de la sociedad cuando tú eres de
una religión o de otra. Si eres budista, tienes más oportunidades de acceder a
un cargo público, o puedes conseguir cargos mejores. O, por ejemplo, existe una
ley por la que las mujeres budistas tienen que pedir permiso a su familia, a
los monjes budistas y al gobierno para casarse con un hombre de otra religión.
Pero dentro de la oficialidad, se puede decir que sí. De hecho, las religiosas nativas
van sin problema con hábito por la calle.
Tú eres misionero en
Myanmar desde hace 7 años. Si la Iglesia tiene libertad, ¿por qué no puedes
presentarte como tal? ¿Es por ser extranjero?
No,
no hay problema con los extranjeros; aunque no están acostumbrados, poco a poco
hay mayor presencia extranjera en el país. De hecho, en el aeropuerto hay
anuncios dirigidos expresamente a los que venimos de fuera, en los que se
anuncia qué cosas podemos hacer y qué cosas no, para que tengamos un poco de cuidado.
La gente de la calle es muy acogedora con nosotros. Ellos, por ser budistas,
tienen la misericordia muy presente. Son muy acogedores, y dispuestos a ayudar.
¿Entonces? ¿Por qué no
puedes decir que eres misionero?
Lo
que no se permite es la presencia de misioneros extranjeros. Tienen miedo a que
se haga proselitismo. De hecho, los hermanos nativos, aunque son reconocidos
como tal, oficialmente no pueden evangelizar. Aquí casi no hay conversiones, el
crecimiento del cristianismo se da sobre todo por la natalidad.
Nosotros
aquí no estamos censados como religiosos, tenemos un visado de negocios. Sí
existe un visado religioso, pero solo para aquellas personas que vienen a tener
una experiencia en un templo budista. Sin embargo, esta situación ha mejorado. ¡Antes
de diciembre de 2016 teníamos que salir del país cada 70 días! Actualmente dan
permisos para estancias más largas.
Nosotros
no le decimos a nadie que somos misioneros. Cuando la gente te saluda y te
pregunta, nosotros decimos que somos profesores, traductores. Por eso no puedo
identificarme en esta entrevista.
¿En qué consiste vuestra
misión?
Mi
congregación no es misionera por carisma, pero estamos en todo el mundo.
Nuestra misión es consolar, allí donde sea necesario. Educación, trabajo
social, sanidad. Hacemos presente a Cristo consolador.
Nosotros
llevamos 7 años. El tercer día de nuestra estancia fuimos a visitar al obispo,
hoy cardenal. Él nos llevó a un barrio pobre, con mayoría de musulmanes e
hindúes de raza india. El párroco de la parroquia nos acogió. Empezamos a
visitar las familias pobres, a la gente mayor que vive sola. Rezábamos con
ellos y les llevábamos la comunión. Además, tuvimos durante un año una casa
para acoger a jóvenes que venían a estudiar a la capital gracias a las becas de
los jesuitas.
Cuando
empezaron a llegar jóvenes que querían seguir nuestro carisma, nos tuvimos que
encargar de su formación. Es muy importante que cuando se abre una casa nueva,
y surgen vocaciones nativas, se les forme bien, para que sean ellas las que
puedan trabajar con más libertad de movimiento y conocimiento de su propia
sociedad.
¿Qué hacéis en la
actualidad?
Hace
cuatro años cambiamos de casa, y el año pasado empezamos a dar clases de inglés
a los niños del barrio. Todos son budistas. Los niños, al ver las postulantes
por la calle les pidieron que les enseñaran. Así que hemos hecho reformas en la
casa, para poder ofrecer una habitación que sirva como clase, donde vienen los
niños a aprender inglés, y a jugar. Queremos hacerlo más oficial. Son familias
normales, con pocos recursos. Queremos ofrecerles la posibilidad de que sus
hijos aprendan inglés y coreano -todos sueñan con ir a Corea del Sur-.
Por
otro lado, tenemos contactos con empresas textiles. Un fiel de la parroquia nos
dona ropa para los niños. Entonces, nosotros vamos a las zonas más frías hacia
el norte para donarla a los más pobres. También donamos ropa en nuestro barrio,
para darnos a conocer.
¿Qué aporta la Iglesia
católica a la sociedad de Myanmar?
Nosotros
siempre hemos tenido la conciencia de la necesidad de ser testimonio de paz,
unión y encuentro. Por ejemplo, en la ciudad de Mandalay, cuna del budismo, un
misionero tiene un grupo de ecumenismo, que une a musulmanes, budistas,
protestantes, católicos. Además, él mismo subvenciona un monasterio budista,
que acoge a 800 niños, para darles de comer y proporcionarles transporte.
De
hecho, la Iglesia ha declarado este año como el año de la Paz. El cardenal
Charles Bo ha escrito una carta a toda la Iglesia y a la sociedad convocando
este año -poco a poco va teniendo más libertad para hablar en público-. Además,
la Iglesia católica ha participado en los encuentros interreligiosos de oración
por la paz. A lo largo del año ha habido 4 actos en la calle que ha englobado a
cientos de personas de todas las creencias para rezar por la paz en el país. En
el último, nosotros nos sentamos en una de las miles de sillas que pusieron en
la calle, y teníamos al lado a unos budistas.
Además de ser signo de
paz y unidad, ¿la Iglesia puede ejercer la caridad?
Sí,
se hace mucho trabajo social. Aquí casi todos los religiosos tienen una
"boarding house" (casa de acogida). No son orfanatos propiamente
dichos, porque los niños tienen padres. Viven con los religiosos, y van una vez
al año a ver a sus padres. Casi todas las parroquias tienen también estas
iniciativas. Los sacerdotes tienen niños a su cargo, para que puedan ir a la
escuela. Pero esto no es algo exclusivo de la Iglesia católica. Lo mismo sucede
con los monasterios budistas.
En
el campo de la educación propiamente dicha, en 1962 el gobierno expropió a la
Iglesia de todas sus escuelas y centros, y dejó de existir una educación que no
fuera la estatal. Pero ahora, parece ser que acaba de dar vía libre a la
posibilidad de fundar parvularios. Sé que algunas congregaciones se están
preparando para abrir parvularios oficiales en diferentes zonas del país.
También
se trabaja mucho en el campo del sida. Hay una organización de la Iglesia -la
Myanmar Catholic HIV/Aids Network (MCHAN) -, que hace campañas de formación,
sin mirar la religión. Además, a nivel de Cáritas, la Iglesia está en todas las
diócesis, y se mueve muy bien, también en las zonas donde hay desplazados.
¿Y podéis llevar a cabo
alguna tarea de evangelización?
En
2011 tuvimos un encuentro sobre Nueva Evangelización. Acudimos religiosos,
sacerdotes. Se decía y se apuntaba que la Iglesia en Myanmar ha sido pasiva en
la evangelización, porque oficialmente ha sido imposible. Esto ha frenado la
creatividad. Se necesita salir más, a las zonas rurales, donde quizá es un poco
más fácil entrar.
¿Hay más misioneros en
Myanmar?
Reconocidos
como tal no, pero sí los hay -tan solo españoles somos cinco-. Desde
2010, nos reunimos en el grupo misionero ORLA (Overseas Religious and Lay
Associates). Esta iniciativa surgió de una de las congregaciones, que organizó
unas jornadas de formación para sus propios misioneros extranjeros, y
decidieron invitar a los demás. La experiencia fue tan buena que desde
entonces, nos encontramos para compartir dificultades, experiencias y animarnos
mutuamente a través de la reflexión y formación sobre todo en inculturación.
Solemos ser unas nueve congregaciones diferentes, pero hay más.
De cara a la visita del
Papa. ¿Cómo os estáis preparando? ¿Asistirás a alguno de los actos?
Desde
la Iglesia se está viviendo con muchísima alegría. ¡Es algo histórico! Se está
preparando la liturgia con muchísimo cariño. De hecho, se ha formado un coro de
unas 200 personas que reúne a religiosas, religiosos y seminaristas -la
mayoría-. Entre ellos, hay dos compañeros míos. Yo no puedo formar parte de la
organización, porque soy extranjero. Sin embargo asistiré a la Eucaristía.
Como
la gente es pobre, y es muy costoso viajar a la capital, la Iglesia está
haciendo muchísimo esfuerzo para que los fieles puedan asistir a los actos. El
cardenal escribió a todas las parroquias, diócesis, congregaciones y obispos,
pidiéndoles que se muevan y faciliten a los fieles que vayan a los actos. Todos
hemos colaborado económicamente para poder apoyar los traslados. Los
organizadores esperan unas 300.000 personas - hay que tener en cuenta que hay
casi 700.000 católicos-. También los monjes budistas han ofrecido sus
instalaciones para acoger a peregrinos.
Para
acceder a la Misa, se hizo un documento para registrarse. La inscripción se ha
hecho a través de las parroquias, siempre con la firma del párroco, quien da el
visto bueno de cada peregrino. Nos han dado una tarjeta de identificación con
un número. Además, se han hecho unas camisetas blancas y negras con el logotipo
de la visita del Papa, y nos las vamos a poner todos en los encuentros con el
Papa.
La
figura del Papa es acogida en todo el mundo, aunque no se sea católico. Yo
estoy segura de que tendrá mucha repercusión.
En
esta páginas pueden verse algunos ejemplos de las ayudas que OMP España a
enviado a Myanmar:
Diócesis de Kalay: https://www.omp.es/proyectos-kalay-omp/
Diócesis de Alotau Sideia: https://www.omp.es/proyectos-alotau-sideia-omp/
Diócesis de Kalay: https://www.omp.es/proyectos-kalay-omp/
Diócesis de Alotau Sideia: https://www.omp.es/proyectos-alotau-sideia-omp/
Obras
Misionales Pontificias | www.omp.es |
91.590.29.43 | https://www.omp.es/prensa/
Para
más información: Paula Rivas prensa@omp.es
Fuente:
OMP