San Martín de Porres, Santa Josefina Bakhita y Beato Cyprian Michael Iwene Tansi |
1. San Martín de Porres
San
Martín de Porres nació en Lima (Perú) en 1579, fue hijo de un noble
español de origen burgalés, Juan de Porres, y una negra liberta, Ana Velázquez,
natural de Panamá. Desde niño, se preocupaba por el sufrimiento de la gente,
especialmente por los enfermos y los pobres.
Ya en el convento, trabajó como
enfermero, donde atendía a cualquiera que se presentase a la enfermería, e
intercedió ante Dios para que se realizaran numerosos milagros, especialmente
curaciones.
San Martín de Porres murió en
1639, fue canonizado por San Juan XXIII en 1962 y ha sido siempre representado
con la escoba en la mano, símbolo de su humilde servicio. Fue nombrado “Santo
Patrono de la Justicia Social” y “Patrón Universal de la Paz” y su fiesta se
celebra cada 3 de noviembre.
2. Santa Josefina Bakhita
Santa
Josefina Bakhita nació en Sudán (África), de muy pequeña fue capturada
en el bosque y vendida como esclava, donde pasó por la propiedad de cinco amos,
siendo el cuarto con el que más sufrió de humillaciones y torturas.
Josefina ingresó al noviciado del
Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, junto con Minnina, su amiga
e hija de su nuevo amo, Augusto Michieli. Es ahí que conoce a Dios, quién
siempre “había permanecido en su corazón” y le había dado fuerzas para poder
soportar la esclavitud, “pero recién en ese momento sabía quién era”.
El 9 de enero de 1890 recibió el
Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación. Desde ese momento tomó el
nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada, y el 7 de diciembre de 1893,
a los 38 años de edad, se convirtió en una de las hermanas de la orden.
Bakhita falleció en 1947 en Schio
(Italia), San Juan Pablo II la beatificó en 1992 y declaró su día de culto el 8
de febrero. Finalmente, el mismo pontífice la canonizó en el año 2000.
“Si volviese a encontrar a
aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus
manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y
religiosa”, son las recordadas palabras de la santa que se convirtió en un
ícono de la historia de África.
3. San Benito de Palermo
San
Benito Manassari nació en San Fratello en Messina (Italia) en 1526,
fue hijo de descendientes de esclavos africanos y por su color de piel es
conocido como el Moro.
A los 21 años ingresó en una
comunidad de ermitaños y vivió en el Monte Pellegrino en Palermo. Sin embargo,
cuando el Papa Pío IV disolvió la comunidad pasó a ser parte de los Frailes
Menores.
Por 24 años su hogar fue el
convento de Santa Maria di Gesù, donde ejerció la labor de cocinero, superior y
maestro de novicios, fue conocido por su humildad y por vivir lleno de fe en la
divina providencia,
Murió en 1589, fue beatificado
por el Papa Benedicto XIV en 1743 y el Papa Pío VII lo canonizó el 24 de mayo
de 1807. Su festividad se celebra el 4 de abril y es copatrón de Palermo junto
con Santa Rosalía.
4. San Carlos Lwanga y
compañeros mártires de Uganda
Carlos Lwanga, José
Mkasa, junto a 20 compañeros, fueron martirizados entre 1885 y 1887 en
Uganda por haber formado parte de la sociedad de los Misioneros de África,
conocida como los Padres Blancos, que se encargó de la evangelización de ese
continente durante el siglo XIX.
El líder de la comunidad
católica, que para entonces tenía unos 200 miembros, era un joven de 25 años
llamado José Mkasa (Mukasa) que trabajaba como mayordomo de la corte del rey
Muanga.
José fue quemado el 15 de
noviembre de 1885 por confrontar una decisión del soberano. Antes de fallecer,
el joven dijo a sus verdugos: “un cristiano que entrega su vida por Dios no
tiene miedo de morir”.
En mayo del año siguiente, los
cristianos, ahora a cargo de Carlos Lwanga fueron capturados y llevados ante el
rey, que les preguntó si tenían la intención de seguir profesando su fe, a lo
que respondieron “¡Hasta la muerte!”.
El 3 de junio de 1886 doce de ellos
fueron quemados vivos y otros 10 cristianos fueron descuartizados. Los 22
mártires fueron beatificados el 6 de junio de 1920 por el Papa Benito XV.
Posteriormente fueron canonizados por Pablo VI el 18 de octubre de 1964.
5. Beato Cyprian Michael Iwene
Tansi
Cyprian
Michael Iwene Tansi nació en 1903 en Igboezunu al sur de Nigeria. A
pesar de la desaprobación de sus padres, ingresó al seminario de Igbarian en
1925 y se consagró sacerdote en 1956.
El P. Tansi fue una persona
cercana al pueblo, estuvo principalmente atento a la pastoral de la familia,
donde trabajó para asegurarse que las parejas llegaran bien preparadas al
Matrimonio y promovió la castidad.
El sacerdote también luchó por el
acceso a la educación de las mujeres jóvenes, animó a las personas a recibir el
Sacramento de la Reconciliación y nutrir sus vidas por la Palabra de Dios y la
Sagrada Comunión.
Fue enviado a la abadía
cisterciense de Mount Saint Bernard (Inglaterra) para seguir la vocación
monástica y así devolver la vida contemplativa a África. En 1964, cerca de
regresar a Camerún para formar la nueva comunidad, falleció de un aneurisma
aórtico.
Fue beatificado por San Juan
Pablo II el 22 de marzo de 1998 y es el primer beato de Nigeria.
6. Beato Tshimangadzo Samuel
Benedict Daswa
Tshimangadzo
Samuel Daswa nació el 16 de junio de 1946 en la tribu Lemba en la
diócesis de Tzaneen, fue bautizado el 21 de abril de 1963, a los 16 años de
edad con el nombre de Benedict.
Daswa fue director de la escuela
primaria del pueblo de Nweli, catequista, promotor de obras de caridad y reconocido
por su vida de oración, su generosidad y bondad; rasgos que también demostró
con su esposa, Shadi Eveline Monyai, una luterana que se convirtió al
catolicismo, y sus ocho hijos.
El 2 de febrero de 1990, fue
emboscado cuando viajaba en su automóvil, como represalia por negarse a pagar
dinero al consejo de ancianos que pensaba acudir a un brujo por una serie de
fuertes temporales en la aldea.
Daswa escapó, pero ante la
amenaza de matar a la mujer que lo escondía, se entregó a sus asesinos
diciendo: “Padre recibe mi espíritu”. Fue asesinado cruelmente, momento en que
él oró de rodillas.
Daswa fue beatificado por el Papa
Francisco el 13 de septiembre de 2015 y es el primer beato de Sudáfrica.
Fuente: ACI Prensa