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5 de agosto de 2014

MISIONERO ESPAÑOL AISLADO POR ÉBOLA: "AÚN TENGO ESPERANZA"

«Apenas podemos movernos, salimos un poco de nuestra habitación. Afortunadamente, somos enfermeros. ¡Qué le vamos a hacer! Nos apoyamos entre nosotros»

Aislados y angustiados, a la interminable espera de un diagnóstico que determinará su suerte. Así se encuentran los dos religiosos destinados en Liberia, actualmente en cuarentena en el el Hospital San José de Monrovia, y que podrían haber contraído el virus del ébola. Se trata del español Miguel Pajares, hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y la congoleña Chantal Pascaline, misionera de la Inmaculada Concepción. 

Ambos se encuentran ahora mismo con el único apoyo de otros religiosos que parecen libres de contagio: la misionera Juliana Bohi, de origen guineano y nacionalidad española; la misionera Paciencia Melgar, de Guinea Ecuatorial, y George Combey, enfermero ghanés y hermano de San Juan de Dios. Junto con el administrador del hospital, ambos se encuentran en el edificio que las Misioneras de la Inmaculada Concepción poseen en el complejo sanitario.
LA RAZÓN ha tenido la oportunidad de hablar con los dos afectados. «Esperamos una buena noticia. Sólo nos queda la esperanza», afirmó ayer a este diario Pajares, natural de La Iglesuela (Toledo), de 75 años, y que desde 2007 lleva ejerciendo su labor humanitaria en Liberia. «Otro médico y un técnico del laboratorio tenían síntomas parecidos a los míos, y finalmente dieron negativo. Pero no nos podemos fiar», afirmaba el sacerdote, muy débil, y cuya situación se ha agravado en las últimas horas.
Expuestos al contagio
Su desconfianza tiene un origen desgraciadamente cercano. «Ya nos pasó con Patrick», dice. Y es que todo apunta a que su posible contagio ha podido venir dado por su contacto con el hermano Patrick Nshamdze, director del Hospital San José, y cuya muerte se conoció el pasado domingo. En un principio, se pensó que Nshamdze pudo haber resultado infectado por el virus, pero las pruebas dieron resultado negativo. Eso provocó que el resto de religiosos bajaran la guardia a la hora de adoptar medidas para evitar el contagio. Después de que el Gobierno liberiano decretara el cierre del hospital, Nshamdze fue trasladado al edificio de las misioneras de la Inmaculada Concepción. Entre otras laboras, Pajares y las hermanas se ocuparon de darle de comer y de bañarle. Pero no murió en su compañía. «En el último momento lo raptaron, porque el Ministerio de Salud liberiano lo trasladó a otro campamento donde los cuidan», afirma. En todo caso, considera que «la situación se nos ha ido de las manos, no sé si existe alguna solución».
Todavía se desconoce cuál será el destino de estos religiosos. Todo depende de los resultados de los análisis, que previsiblemente se conocerán hoy. Según afirmaron a este diario desde Juan Ciudad ONGD, Pajares, que también arrastra problemas cardiacos, quiere ser trasladado a España. Por otra parte, el sobrino del religioso ha manifestado que si el resultado es negativo «se intentará que vuelva a España», mientras que si es positivo «habrá que seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».La hermana Chantal, que también espera los resultados tras presentar algunos síntomas, es de su misma opinión. «Queremos salir del país», afirma. «Apenas podemos movernos, salimos un poco de nuestra habitación. Afortunadamente, somos enfermeros. ¡Qué le vamos a hacer! Nos apoyamos entre nosotros», afirma. Estos religiosos cuentan con los trajes, guantes, mascarillas y gafas obligatorias para evitar el contagio. Además, cuentan con la ayuda de la ONG Farmamundi. Sin embargo, también tienen la sensación de que el Gobierno liberiano no está haciendo nada para ayudarlos. «Nuestra moral está baja», dice la religiosa.
Ayuda del Gobierno
Desde Juan Ciudad ONGD aseguraron que tanto el Ministerio de Exteriores como el Ministerio de Sanidad españoles han contactado con la orden de San Juan de Dios para prestar su apoyo, que podría ser logístico o incluso de personal. Pero no habrá nada concreto hasta que no se conozcan los resultados. Con todo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación se mantiene «muy pendiente» de la evolución del sacerdote. De hecho, el departamento que dirige José Manuel García-Margallo mantiene contacto directo con el Hospital San José.
De momento, el brote de ébola continúa imparable en África Occidental, donde ya ha infectado a 1.603 personas, de las cuales 887 han perdido la vida. En apenas cinco días, del 31 de julio al 4 de agosto, se produjeron un total de 163 nuevos casos y 61 fallecimientos en Liberia, Guinea Conakry y Sierra Leona, los tres principales focos de la infección. Sin embargo, parece que el virus también se ha propagado por Nigeria. A finales de julio se notificó el fallecimiento del americano Patrick Sawyer, que trabajaba para el Ministerio de Finanzas liberiano y que se convirtió en la primera víctima del virus en el país. Ahora, la OMS ha confirmado el contagiado a cuatro personas más. Y entre ellos se encuentra el médico que atendió a Sawyer. El Ministerio de Sanidad nigeriano afirmó que se ha puesto a 70 personas bajo vigilancia y que ocho se encuentran en cuarentena.
México ha sido uno de los últimos países que ha desaconsejado viajar a los países afectados, siguiendo así los pasos de los Gobiernos español, estadounidense e italiano.


Fuente: http://www.larazon.es