Las nuevas iglesias se
necesitan desesperadamente, dicen los cubanos católicos. La parroquia de
Sandino, en Pinar del Río ya planea construir la suya.
Un descuidado
campo sembrado de mala hierba en un pequeño pueblo cubano, donde hay más
caballos que carros, parece un escenario improbable para un importante cambio
en política gubernamental. Pero en el aislado pueblo de Sandino se planea
construir la primera iglesia católica cubana desde la revolución de 1959.
«Hay dinero
para empezar, hay material de construcción para empezar, están los permisos
para empezar, así que todo está listo», dijo el obispo Jorge Enrique Serpa
Pérez, quien supervisa la diócesis donde la nueva iglesia será construida.
La iglesia de
Sandino lleva 56 años haciéndose, desde que Fidel Castro tomó el poder y Cuba
se convirtió en un estado oficialmente ateo. Las personas religiosas
cayeron bajo sospecha del nuevo gobierno revolucionario, especialmente los que
pertenecían a la iglesia católica, que era vista como excesivamente amable con
el régimen de Batista que Castro sacó del poder.
En los primeros
años de la revolución, miles de sacerdotes católicos fueron encarcelados o
forzados al exilio, y la propiedad de la iglesia, incluyendo la escuela jesuita
a la que Castro asistía, fue incautada por el gobierno.
No fue sino
hasta la visita del papa Juan Pablo II a la isla en 1998 que las relaciones
entre el gobierno cubano y la iglesia católica empezaron a deshelarse. La
Navidad volvió a ser una festividad nacional y los cubanos enfrentaron menos
discriminación oficial por practicar sus creencias. En 2015, funcionarios
eclesiásticos dijeron que las peticiones para construir nuevas iglesias, que
llevaban largo tiempo enredadas, empezaron a recibir aprobación
gubernamental.
La parroquia de Sandino
Mientras los
funcionarios dijeron que varios nuevos templos católicos están en obras, el
primero será construido en Sandino, un pueblo remoto al final de un camino
lleno de baches en la provincia más occidental de Cuba, Pinar del Río.
El padre Cirilo
Castro conduce por ese camino una vez a la semana para oficiar misa en el
garaje de una casa que la iglesia renta. Ya perdió la cuenta de las millas que
lleva en su carro, un Lada ruso verde, como parte de su sacerdocio, a pueblos a
lo largo de la provincia.
Cuando la nueva
iglesia esté construida –la primera en la historia de Sandino- el reverendo
Castro se mudará para trabajar allí de tiempo completo.
«Espero que la
iglesia no se quede entre estas cuatro paredes», porque espera que con ella
haya «más gente de fe». La iglesia en Sandino demorará dos años en
construirse, y cuando esté completada tendrá capacidad para 200 personas, dijo
el sacerdote .
La mayor parte
de los 50,000 dólares recolectados hasta ahora para la nueva iglesia provienen
de donaciones de la iglesia católica de St. Lawrence en Tampa, Florida. «Mucha
de la historia y cultura de Tampa viene de Cuba», dijo el reverendo Tom Morgan,
vicario de St. Lawrence. «Es absolutamente fantástico que estén construyendo
una nueva iglesia, y espero poder visitarla algún día».
Católicos sin templo...
Mientras camina
hacia el garaje convertido en iglesia para atender la misa del reverendo Cirilo
Castro, Digna Martínez dice que ha esperado más de cinco décadas para que una
iglesia se construya en Sandino.
Martínez dice
que ella, su esposo y sus dos hijos fueron parte de los reubicados al pueblo a
principios de los años 60, cuando un triunfante Fidel Castro aún luchaba con lo
que llamaba «bandidos», aquellos que formaron guerrilas en contra de la
revolución. Aunque no hay conteo oficial, cientos, quizás miles de
personas sospechosas de conspirar en contra de la revolución fueron enviadas a
Sandino a vivir en una especie de exilio interno. «Fue un proceso hacer
una comunidad para prisioneros políticos», dice Martínez. «Tomaron nuestra
granja y nos trajeron aquí».
Católica de
toda la vida, Martínez dice que una de las cosas más devastadoras acerca de ser
forzado a mudarse a más de 800 kilómetros de su pueblo natal a un pueblo del
que nunca había escuchado fue que no hubiera iglesia.
«Tener una
iglesia es muy importante», dijo ella. «Muchas de las personas aquí fueron
criadas como católicas y necesitan una iglesia. Fuimos bautizados y rezamos
cuando nos vamos a la cama y al despertar, tal y como nuestros padres y abuelos
nos enseñaron».
Fuente: CNN/InfoCatólica