"Para que toda la vida
de los catequistas sea un testimonio coherente de la fe que anuncian."
El
Papa Francisco, en su primer año como sucesor de Pedro, se dirigía, en
septiembre de 2013, a los participantes en el Congreso Internacional sobre la
Catequesis. Su intervención, espontánea, recoge mucho de lo que han sido y son
las líneas directrices de sus tres años como Papa:
"Catequista
es una vocación: ‘ser catequista', ésta es la vocación, no trabajar como
catequista. ¡Cuidado!, no he dicho «hacer» de catequista, sino «serlo», porque incluye
la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el
testimonio.
Me
gusta recordar lo que San Francisco de Asís decía a sus frailes: ‘Predicad
siempre el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras'. Las
palabras vienen... pero antes el testimonio: que la gente vea en vuestra vida
el Evangelio, que pueda leer el Evangelio.
Y
«ser» catequistas requiere amor, amor cada vez más intenso a Cristo, amor a su
pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas, no se compra tampoco
aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un
regalo de Cristo! Y si viene de Cristo, sale de Cristo y nosotros tenemos que
caminar desde Cristo, desde este amor que Él nos da".
Fuente:
OMPRESS-ROMA