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5 de abril de 2016

DOMINGO 17 DE ABRIL: "JORNADA VOCACIONES NATIVAS, JORNADA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES"

PASIÓN POR LA MISIÓN

El próximo 17 de abril, IV Domingo de Pascua, se nos invita a contemplar dos dimensiones de una misma realidad, como es la vocación. La Conferencia Episcopal Española ha acordado que en ese domingo “del Buen Pastor”, en el que tiene lugar la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, se celebre también la Jornada de Vocaciones Nativas, de la que es responsable la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol. 

Las dos Jornadas se iluminan mutuamente, hasta el punto de que la una ayuda a entender mejor la profundidad de la otra. Al final, como es natural, son válidas para ambas las palabras que el papa Francisco ha dirigido a todos con ocasión de esta Jornada Mundial, resaltando la eclesialidad de la llamada del Señor: la vocación, nos dice, “nace en la Iglesia”, “crece en la Iglesia” y “está sostenida por la Iglesia”.

Cuidar de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, rezar por ellas, ayudarlas, es, efectivamente, responsabilidad de todos. Un compromiso que cobra un cariz especial cuando pensamos en las dificultades materiales añadidas que esas vocaciones tienen que sortear tantas veces en los territorios de misión.

Al mismo tiempo, cuanto más valoremos la importancia de las vocaciones “de aquí”, entendiendo y agradeciendo el tesoro que suponen para la Iglesia, mejor captaremos la necesidad de colaborar a que puedan hacer su camino las vocaciones “de allí”, de tal modo que estas lleguen a ser frutos cumplidos en el seno de sus jóvenes Iglesias, que tanto lo necesitan.

Llama la atención, especialmente, el lema común escogido para esta “doble” Jornada: “Te mira con pasión”. Como puede verse en el cartel correspondiente, se juega aquí con un —también— doble sentido, en el que las dos últimas palabras se transforman en una sola, “com-pasión”, que nos sumerge inmediatamente en el Año de la Misericordia que estamos viviendo. “Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús”, dice Francisco; una mirada misericordiosa que, a su vez, transforma la mirada de quien la experimenta, hasta hacer de las dos una sola, como en el logotipo de este Año Jubilar, en que se funden los ojos de Jesús y de la persona que lleva a hombros. Eso explica por qué, como afirmó el Santo Padre en su viaje a Cuba del año pasado, “la mirada de Jesús genera una actividad misionera”.

Y es que, precisamente en este punto, en torno a la mirada de Jesús, comprendemos la relación entre “misión”, “pasión” y “compasión”. Lo ha explicado en otro momento el papa Francisco: “La misión, además de ser una pasión por Jesús, es una pasión por su pueblo. Dejémonos mirar por Jesús, pero aprendamos también a mirar como Jesús. Una mirada de ternura, de comprensión y de misericordia que nos lleve a tocar las llagas del Señor en la carne de nuestros hermanos necesitados” (Mensaje, 10-10-2015). Oremos al Dueño de la mies para que envíe obreros a su Iglesia, también a la que va naciendo y consolidándose en los ámbitos geográficos de la misión. Y que los jóvenes que en esas comunidades nacientes experimentan la mirada y la llamada de Jesús para ser sacerdotes, religiosos o religiosas cuenten con nuestra ayuda espiritual y económica, en esta Jornada y en todo momento.

Fuente: Rafael Santos/OMP