• INFANCIA MISIONERA 2022


    ¡Comienza a preparar la jornada!
  • CONCURSO INFANCIA MISIONERA 2022


    Tú eres luz para el mundo
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES 2020


    ¡Así fue 2020 en Obras Misionales Pontificias!
  • AYUDA A LAS MISIONES


    Colabora con los misioneros españoles

14 de abril de 2016

DOMINGO 17 DE ABRIL, JORNADA VOCACIONES NATIVAS: “CÓMO SE VIVE UN CURSO DE FORMACIÓN EN UN SEMINARIO DE ÁFRICA?”

La formación espiritual es lo más importante: liturgia de las horas, lectura comunitaria y meditación de la Palabra de Dios, celebración eucarística cotidiana, adoración al Santísimo Sacramento, rosario, y el gran retiro anual sobre el tema de la vocación y el ministerio sacerdotal

Está dedicado al Sagrado Corazón y acoge a 34 seminaristas que están en el primer escalón de su camino hacia el sacerdocio. Así es el seminario de Luebo, enclavado en pleno corazón de la República Democrática del Congo. 

En una zona de ríos, junglas y belleza, pero donde también está presente la falta de recursos de la población, los problemas de comunicación y las enfermedades – de hecho el ébola hizo triste acto de presencia hace diez años.


El seminario está en la diócesis de Luebo, una diócesis de la República Democrática del Congo, que ocupa una superficie del tamaño de Cataluña. Una región atravesada por ocho ríos – hay algunos del tamaño del Ebro.

El padre Jean-Claude Kasongo Musasa es el rector de este seminario y ha enviado a las Obras Misionales Pontificias información sobre este último curso, el que terminó este verano pasado. Como cuenta el rector, en el Congo el año estuvo dedicado en toda la Iglesia del país a la meditación sobre la familia cristiana, y en esa línea se ha orientado la formación de los seminaristas, con ese sentido de vivir la fe, tan de África, en el que Dios es el padre de la gran familia cristiana.

Explica que la formación espiritual es lo más importante: liturgia de las horas, lectura comunitaria y meditación de la Palabra de Dios, celebración eucarística cotidiana, adoración al Santísimo Sacramento, rosario, y el gran retiro anual sobre el tema de la vocación y el ministerio sacerdotal. Siempre con el corazón puesto en las exigencias y las alegrías de una vida al servicio de Cristo y de la Iglesia.

Como no podía ser menos, cuenta el padre Jean-Claude, se forma humanamente a los seminaristas en el respeto a la persona humana, la sinceridad, la fraternidad, el diálogo, la educación hacia los demás… con el convencimiento de que uno como sacerdote también se entrega a la comunidad de los discípulos. Por eso, una parte importante de la formación radica en vivir en comunidad, que, una vez pasados los lógicos roces de las primeras semanas, es una de las cosas que más valoran los seminaristas.

En el seminario se estudia, y mucho. Las clases de latín, de francés e inglés se suceden junto a las de espiritualidad, introducción a la Biblia, liturgia… El seminario es propedéutico y tiene que preparar a los chicos para que comiencen sus estudios de Filosofía y Teología sin problemas ni lagunas.

El padre Jean-Claude cuenta sus dificultades para lograr estirar los dineros que tiene a su disposición. El año pasado la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, que celebra este próximo domingo en España su jornada de vocaciones nativas, le hizo llegar 10.922 euros. Los seminaristas aportaron 2.661 y, de donaciones, contó con otros 612 euros. Resumen: 14.195 euros para todo el año, de los que 9.600 van directamente a comida. El resto son gastos pequeños pero muchos, como medicamentos (123 euros), viajes (290 euros) o teléfono (67 euros)…

Se comenzó hace dos años la construcción de un segundo edificio para poder ampliar el seminario, pero las obras están paradas. La explicación que da el rector es la falta de “savoir-faire”, capacitación, de los albañiles. Están buscando a alguien que los pueda orientar para no tirar el dinero en una obra mal hecha.

De lo que están muy orgullosos en el seminario del Sagrado Corazón es de su granja. Tienen cabras, cerdos, gallinas, palomas… y han logrado cosechar maíz y judías. Es la primera vez pero les da la esperanza de lograr la autofinanciación en lo que más gastos exige, la alimentación de los seminaristas. Aún así, para este año, contarán con una nueva ayuda de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol. Serán 9.104 euros, para que “ninguna vocación se pierda por falta de medios económicos”.

Fuente: OMPRESS-R. D. CONGO