La oración y el sacrificio ofrecido a
Dios por las misiones último tema a debate en el Domund al descubierto en
Tarragona
El último día de la semana
«El Domund, al descubierto» el martes día 11 de octubre, en Tarragona, sirvió
para poner énfasis en el valor que tiene en la cooperación misionera la oración
y el sacrificio ofrecido a Dios, presentar entrega martirial de los misioneros
así como la cooperación espiritual entre los enfermos y ancianos, y los
monasterios de vida contemplativa.
Presidió el P. Octavi Vilà,
abad del monasterio de Santa María de Poblet.
El P. Octavi Vilà prosiguió
diciendo que Jesús llama a una tarea concreta, «dentro de la diversidad de
carismas de la Iglesia, y en la llamada sigue el envío, por obra del Espíritu».
Evangelizar es anunciar la salvación en el mundo, en unas sociedades concretas,
con unos problemas concretos: «El Reino que anunciamos no es de este mundo,
pero la paz del Reino debemos servir a la paz del mundo». La Iglesia sirve al
mundo en tanto que fomenta y propicia, desde la óptica de la fe, todo lo que es
verdadero, digno del ser humano, justo, noble y está al servicio de la verdad.
El abad cisterciense se
refirió al Concilio Vaticano II cuando dice «que los institutos de vida
contemplativa participan en la conversión del corazón de los hombres a Cristo
con la oración y el testimonio de nuestra vida». La oración se convierte en el
pulmón de la Iglesia.
Andreu Muñoz, director del
Museo Bíblico Tarraconense, habló de san Fructuoso, testigo martirial de la fe.
Los principios de fe son los que dan sentido a nuestra misión. «Dios nos pide
la transferencia generosa de la Verdad, con amor, de manera vehemente pero sin
estridencias, con respeto».
Muñoz recordó que la
Iglesia de Tarragona fue hace 2.000 años receptora de esta misión, de la mano
del apóstol de los gentiles, Pablo de Tarso. «Por el testimonio de los mártires
Fructuoso, Augurio y Eulogio, la transferencia de la fe fue catapultada a
nuestros tiempos».
Muñoz subrayó que ahora los
confines de la tierra es cualquier tierra «y salir de nuestra tierra es también
salir de nuestra individualidad, sin perderla, para fundirse en la
fraternidad». Fructuoso, a las puertas del martirio dijo: «Ahora necesito orar
por la Iglesia Católica extendida de oriente a occidente». Andreu Muñoz afirmó
que «nuestro pensamiento viaja de oriente a occidente entrando en comunión con
todos los misioneros del mundo y de los hermanos cristianos perseguidos por
nuestra fe, en tantos lugares de la tierra».
Intervino también Mercè
Guasch, delegada diocesana de pastoral de la salud, la cual estableció
similitudes entre los agentes de pastoral y los misioneros en cuanto al
servicio a la persona: «La fe acompañada de la esperanza y fundamentada en el
amor, puede cooperar con los hermanos». Maite Paül, de Unión de Enfermos
Misioneros, explicó sus vivencias desde la enfermedad y la experiencia de ser
voluntaria de la Hospitalidad de Lourdes y, seguidamente, Rafa Santos, de la
Dirección de Obras Misionales en España, expuso el modelo impresionante de
apostolado, desde la parálisis y la ceguera, de Manuel Lozano Garrido, laico de
Jaén, el popularmente conocido Beato Lolo.
El acto finalizó con la
oración conducida por la comunidad Palavra Viva y la bendición del Sr.
Arzobispo, Mons. Jaume Pujol.
Església de Tarragona
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Fuente: OMP
