Eugenio Sanz, misionero Marista en Bangladesh
Hace ahora 9
años Jesús me llamó una vez más. Como cada vez que me llama, era para ir a una
nueva tierra. Una tierra en la que todo estaba por hacer, no había Maristas en
Bangladesh antes de que llegáramos.
Era la
primera vez que me veía en una situación así. Nuevo país, nueva lengua, nuevas
costumbres, nueva cultura… todo nuevo. La promesa era que nos daría una nueva
tierra que mana leche y miel, una tierra prometida.
Desgraciadamente
yo sí he faltado a la cita muchas veces. Vine a evangelizar y he sido
evangelizado, vine a enseñar y he sido enseñado, vine a ayudar y he sido
ayudado. No puedo por menos que decir, casi gritar, casi con lágrimas en los
ojos, que “su misericordia es eterna”
Eugenio Sanz
misionero en Bangladesh
misionero en Bangladesh
Fuente: OMP