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14 de noviembre de 2016

LA IGLESIA DEBE SALIR DE SÍ MISMA, CARDENAL PAROLÍN

“La Iglesia debe salir de sí misma para encontrarse con el mundo" Cardenal Parolín durante su visita a España

El Cardenal Parolín, Secretario de Estado de la Santa Sede, visitó en  octubre la sede de la Conferencia Episcopal, para conmemorar el 50 aniversario de su fundación. Durante este viaje el cardenal pronunció la conferencia inaugural del Simposium sobre 'Pablo VI y la paz' en la que  glosó la figura de Pablo VI al servicio de la paz, como un padre común de todos los pueblos. 

Sus palabras iniciales fueron un acercamiento a su persona, llamándole Pablo II por su semejanza con el Apóstol de los gentiles. 

Pablo VI es el apóstol moderno que hace de su vida un servicio constante y prudente en la defensa de la paz. Siempre disponible para la paz, pero no una paz negociada, sino como fruto de la acción del Espíritu. De este compromiso con la paz en el mundo nace la creación de la Jornada Mundial por la paz que se celebra el primer día del año y el Pontificio Consejo Justicia y Paz.

La unidad de la humanidad es un fruto que la Iglesia ha de buscar permanentemente, por eso gustaba decir con frecuencia “La Iglesia debe salir de sí misma para encontrarse con el mundo”. Un Iglesia única y universal al servicio de la unidad del género humano. Su misión es construir la paz y anunciar a Jesucristo. Ella, “experta en humanidad”, está llamada a continuar la obra de Jesucristo que tiene la irrenunciable tarea de la evangelización, camino cierto de la paz, no como recurso instrumental sino como planteamiento evangélico y garantía del progreso humano.

El Secretario de Estado dedicó varios minutos de su intervención a glosar las semejanzas entre Pablo VI y Francisco, entre los respectivas Exhortaciones Apostólicas Evangelii Nuntiandi y Evangelii Gaudium. En este parangón se detiene en tres grandes convicciones de Pablo VI que el Papa Francisco hace propias en su vida y predicación. En primer lugar la alegría del evangelizador. No es razonable la presencia de evangelizadores desanimados porque el gozo de la buena noticia ha de transformar por dentro al mismo evangelizador. Después la relación entre la evangelización y la cultura. 

El Evangelio no se identifica con ninguna cultura, pero se sirve de ellas para llegar alas gentes. La fe descubre el interior de las culturas y las transforma por dentro. Es la evangelización de la cultura de la hablará en profundidad Benedicto XVI. Finalmente su amor a los pobres. Renuncia al uso de la tiara pontificia para entregarla alos pobres. Es especialmente sensible a la situación de los países pobres que durante su pontificado estaban estrenando su independencia e iniciándose en un camino de desarrollo. Una de los argumentos para la defensa de la paz es la certeza de que la guerra es la causa de muchas guerras.

Anastasio Gil
Director Nacional de OMP y Secretario de la Comisión Episcopal de Misiones