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19 de diciembre de 2017

NAVIDAD SANGRIENTA PARA LOS CRISTIANOS EN PAQUISTÁN

El atentado contra una iglesia metodista de Quetta golpea a los fieles en la «tierra de los puros» que celebran el Año de la Eucaristía. Mientras el EI hace proselitismo en Lahore, el gobierno permanece débil

La fiesta del nacimiento de Jesús ha sido marcada por el dolor. La Navidad para los cristianos de Paquistán tiene el sabor de la Cruz. Y solamente una mirada de fe logra evitar la desesperación y ayuda a reconocer la mano de la Providencia divina en la propia historia.

Un ataque kamikaze, reivindicado por el Estado Islámico, fue perpetrado en la iglesia cristiana metodista Bethel Memorial en Quetta, en la provincia de Beluchistán; el saldo fue de 13 muertos y 56 heridos. Cuatro atentadores irrumpieron en la iglesia, llena de fieles (más de 400) que se habían reunido para la liturgia dominical. 

 Los terroristas llevaban chalecos llenos de explosivos e iban armados hasta los dientes. Uno se hizo explotar, a otro lo mataron los agentes de seguridad, los otros dos lograron escapar. 

El arzobispo Joseph Arshad, que acaba de ser nombrado guía de la comunidad de Islamabad, indicó que «tales masacres están aumentando en Paquistán. Recemos a Nuestro Señor Jesucristo para que pueda darnos la fuerza, la sabiduría, la tolerancia y la paz. Que pueda Dios darle fuerza a las familias de las víctimas para que soporten la pérdida de sus seres queridos».

 El atentado se verificó mientras los católicos están viviendo el Año de la Eucaristía que, dijo Arshad, «ayuda a cada bautizado a afrontar difíciles desafíos y a vivir la fe con espíritu eucarístico, es decir del don incondicional de sí, hasta el sacrificio de la vida». 

«Es un ataque que hiere el corazón de la comunidad cristiana que se está preparando para celebrar la Navidad. Es un ataque que pretende destruir la convivencia y el trabajo de muchos que, en todos los niveles, se comprometen cada día en la construcción de una nación mejor. La condena es firme y unánime, por parte de todos los que, en cada comunidad religiosa, promueven la paz, la armonía social y la pacífica convivencia.

El terrorismo continúa atacando, pero confiamos en las fuerzas saludables del país: las instituciones gubernamentales, la sociedad civil, los líderes religiosos de buena voluntad», dijo a Vatican Insider el dominico James Channan, director del “Domenican Peace Center”, en Lahore, comprometido en promover el diálogo interreligioso. «Recordaremos a las víctimas en nuestro encuentro interreligioso prenavideño del 21 de diciembre en nuestro Peace Center. También en gobierno normalmente organiza encuentros para celebrar la Navidad y felicitar a los líderes cristianos. Este año todas las celebraciones estarán manchadas por esta violencia gratuita y que destruye: es urgente proteger a las minorías para tutelar el pluralismo en el país», sentenció Channan.  

Precisamente hace unos días el ministro católico para los Derechos Humanos y las minorías, en Punjab, Khalil Tahir Sandhu, pidió a las instituciones de policía de todo el país que garantizaran «la protección de todas las iglesias durante la misa de Navidad y de Fin de año», para defender «a los fieles» y para que «la comunidad cristiana pueda festejar felizmente este evento central para la fe». El ministro lo hizo porque siguen grabados en la memoria de los fieles paquistaníes (unos 4 millones de personas en una población de casi 200 habitantes) los antecedentes más dolorosos: el ataque que llevaron a cabo dos kamikazes contra una iglesia anglicana de Peshawar en septiembre de 2013 (hubo más de 100 muertos) y el atentado suicida contra dos igleisas de Lahore, una católica y otra anglicana, en marzo de 2015. Sin olvidar la “masacre de Pascua”, cuando en 2016 una bomba explotó en un parque muy frecuentado por los cristianos, que se encontraban celebrando públicamente la resurrección de Cristo, después de la misa dominical. 

«El terrorismo se ensaña durante las festividades religiosas con el objetivo de masacrar inocentes. Es terrible e inhumano», indicó a Vatican Insider Shafaat Rasol, conocido predicador musulmán sufi, que guía el complejo islámico del Markiz Bilal, en Lahore, que incluye una mezquita, una madrasa y un centro cultural. «Es un acto execrable –subrayó–, que viola la vida humana y profana el nombre de Dios. Estamos profundamente cerca de nuestros hermanos cristianos hoy, en este momento de dolor.

Nos uniremos en la solidaridad y en la oración. Estos hechos nos dan mucha más fuerza y voluntad para trabajar por el diálogo interreligioso, para construir en la sociedad una mentalidad y una cultura de paz, empezando por los jóvenes. Nos sentimos todavía más llamados a promover los valores del profundo respeto de la fe ajena, de la dignidad de cada hombre, de la acogida del otro. El camino de la paz y de la convivencia está lleno de obstáculos y hay fuerzas que lo acechan, pero precisamente por esta razón debemos resistir unidos, musulmanes y cristianos, al lado de todos los hombres de buena voluntad». 

La Navidad es una fiesta muy importante para los cristianos de Paquistán. En todas las grandes ciudades en las que hay asentamientos de mayoría cristiana (las llamadas “colonias”), las comunidades de fieles decoran e iluminan las iglesias, las casas y las calles. En las Iglesias cristianas (cinco son las principales confesiones en el país) se organizan novenas de oración, representaciones de la Navidad, conciertos de los tradicionales villancicos navideños, encuentros interconfesionales. Sin olvidar los gestos de caridad que los cristianos promueven especialmente, como la asistencia a los huérfanos y a las viudas de cualquier religión. 

Entre otras cosas, por una curiosa coincidencia, en Paquistán, el 25 de diciembre, es un día festivo, no tanto por la tradición cristiana (cuyas fiestas no con civiles en el país) sino porque es el día del nacimiento de Mohammed Alí Jinnah, el fundador de Paquistán. 

Sin embargo, en estas ocasiones, se refuerzan los servicios de vigilancia debido al temor de los ataques terroristas. A partir de 2001, el gobierno impuso a las iglesias dotarse (con los propios recursos) de muros y rejas, cámaras de seguridad, entradas vigiladas, servicio de vigilancia y de seguridad interiores. En las fiestas especiales como la Navidad o la Pascua, la policía también despliega a sus agentes para reforzar la seguridad. Y las recientes noticias de una campaña de propaganda y reclutamiento que ha lanzado el llamado Estado Islámico en Lahore, con volantes por las calles, no hacen más que confirmar la alarma, especialmente entre las minoráis religiosas. 

PAOLO AFFATATO
LAHORE

Fuente: Vatican Insider