El comunicado de los Obispos fue originado en el
ataque en el cual murieron dos sacerdotes y 15 feligreses el pasado 24 de abril
en la localidad de Mbalom.
En un llamado sin precedentes en cuanto a su
intensidad, los Obispos de Nigeria exigieron la protección de los creyentes y
el fin de la violencia en el país, afirmando que si el Presidente del país,
Muhammadu Buhari, no puede cumplir los deberes de proteger a la población
debería renunciar.
«Es
hora de que el Presidente tome la decisión de retirarse con honor para salvar a
la nación de un colapso completo», afirmaron los prelados.
El
comunicado de los Obispos fue originado en el ataque en el cual murieron dos
sacerdotes y 15 feligreses el pasado 24 de abril en la localidad de Mbalom.
«Estas almas inocentes han sido asesinadas por una banda malvada e inhumana;
los terroristas transformaron el Middle Belt y otras zonas de Nigeria en un
gran cementerio», denunciaron los obispos.
Los
prelados recordaron la denuncia de uno de los sacerdotes asesinados quién
publicó desde el 3 de enero la presencia de pastores fulani y la indefensión de
la población local que carecía de armas para defenderse de sus ataques. A pesar
del grave riesgo los sacerdotes «podrían haber escapado, pero, fieles a su
vocación, se quedaron para servir a su gente hasta su propia muerte»,
comentaron.
«¿Cómo
es que el gobierno federal desaparece mientras sus fuerzas de seguridad cierran
los ojos ante los gritos de los ciudadanos, desarmados e indefensos, que son un
blanco fácil en sus propios hogares, granjas, carreteras y ahora incluso en los
lugares de culto?», cuestionaron los Obispos, quienes recordaron los reiterados
llamados a desarrollar una estrategia de seguridad que garantizara la
supervivencia de la población.
Además,
respaldaron la idea de que los pobladores se organicen para defenderse. «Este
no es tiempo desarmar las personas que tienen armas legalmente procuradas para
su defensa propia», indicaron los prelados. «Estos no son tiempos normales ya
que aquellos a quienes les pagamos para protegernos han fallado al cumplir su
deber».
Los
Obispos habían visitado el mandatario el pasado 8 de febrero para recordar la
grave necesidad de acciones de seguridad. «Desde entonces, el baño de sangre y
la destrucción de casas y granjas han aumentado en intensidad y en brutalidad»,
denunciaron. «Como cristianos, nos sentimos traicionados por una nación por la
que seguimos rezando y sacrificándonos».
Fuente:
Gaudium Press/InfoCatólica